México será uno de los países más afectados por las tensiones comerciales, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI) al dar a conocer la actualización de las Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés).

Por esa razón, así como por la agenda política del nuevo gobierno, ajustó a la baja el pronóstico de crecimiento para 2019, de 3% a 2.7%.
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Sin embargo, el consejero económico y director del Departamento de Investigaciones del FMI, Maurice Obstfeld, reconoció los pronunciamientos del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en materia de política fiscal y monetaria.

El FMI explicó que debido a la incertidumbre prolongada en torno a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y a la agenda política del nuevo gobierno el próximo año la economía crecerá menos de lo anticipado en abril pasado.

Con la nueva previsión, el avance de la economía mexicana en 2019 representará una reducción de 0.3 puntos porcentuales sobre la estimación que hizo durante la Reunión de Primavera, hace tres meses.

Para este año el organismo no realizó ningún cambio y conservó el pronóstico de 2.3% de crecimiento que tenía desde enero.

En conferencia, con motivo de la presentación del informe, Obstfeld fue cauto sobre México, porque dijo que el nuevo gobierno asumirá funciones hasta el 1 de diciembre.

Solamente se limitó a decir que López Obrador se comprometió a seguir políticas de rectitud fiscal y credibilidad inflacionaria.

Agregó que el FMI apoya las posiciones de construir sobre el fuerte entorno de políticas que ha establecido México.

Riesgo de descarrilarse. En la actualización de expectativas bajo el título Expansión menos uniforme, aumento de las tensiones comerciales, el FMI, que tiene como directora gerente a Christine Lagarde, ponderó que el balance de riesgos continúa sesgado hacia la baja, incluso en el corto plazo.

Señaló que el reciente aumento de los aranceles por parte de Estados Unidos y las medidas de represalia de los socios comerciales aumentaron la probabilidad de una escalada y de acciones sostenidas.

Lo anterior puede descarrilar la recuperación global y reducir las perspectivas de crecimiento a mediano plazo, advirtió el organismo.

Por eso decidió dejar en 3.9% el pronóstico de crecimiento de la economía mundial, tanto para este año como para el siguiente.

En consecuencia, ve menor crecimiento para los países avanzados, con 2.4% para 2018, 0.1 punto porcentual por debajo de la esperada en abril, y conserva la proyección de 2.2% para 2019.

A EU le dejó la misma estimación que tenía en abril pasado, con 2.9% para 2018 y de 2.7% en 2019.

Para América Latina el pronóstico estuvo afectado por Brasil y Argentina. En 2018 la estimación de crecimiento para la región bajó 0.4 puntos porcentuales con 1.6%, y para 2019 quedó en 2.6%, es decir, un recorte de 0.2 puntos porcentuales.

Brasil estaría creciendo 2.7% este año, 0.3 puntos por debajo de lo anticipado en el reporte de abril, y para 2019 el organismo lo dejó en 2.5%, igual que el anterior.

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