El 1 de diciembre, el próximo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador, y su director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero, recibirán una abultada nómina de 107 mil 249 jubilados, de los cuales 29 mil 916 se retiraron en la actual administración.

De esa cantidad, 2 mil 180 petroleros presentaron su solicitud de jubilación entre el 1 de enero y el 31 de agosto de este año.

De acuerdo con información de la subdirección de Relaciones Laborales y Servicios al Personal, dependiente de la Dirección Corporativa de Administración y Servicios de Pemex, dada a conocer a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, con fecha del 28 de septiembre de este año, cada trabajador jubilado le cuesta a la empresa “un importe promedio mensual bruto” de 35 mil 574 pesos.

Estos empleados tienen garantizado salarios y prestaciones, independientemente de los cambios al régimen laboral vigente, en el cual personal de nuevo ingreso tiene que aportar un porcentaje de sus ingresos para su futura jubilación.

El crecimiento del universo de trabajadores petroleros jubilados ha sido de tal magnitud (40% en los últimos seis años), que actualmente la empresa está muy cerca de tener un trabajar activo, por un jubilado.

Hasta el primer semestre de este año, de acuerdo con los estados financieros de la empresa petrolera enviados a la Bolsa Mexicana de Valores, el número de trabajadores activos asciende a 128 mil 505, frente a 107 mil 249 jubilados.

El peso presupuestal entre ambas nóminas también se está cerrando: en el periodo enero-agosto de este año, los petroleros en activo le representaron a la empresa un gasto por 57 mil 773 millones de pesos, en tanto que la nómina de los jubilados ascendió a 40 mil 446 millones de pesos, según la situación financiera de Pemex reportada por la Secretaría de Hacienda.

Este año la petrolera tiene asignada una partida para pensiones y jubilaciones por 63 mil 873 millones de pesos, superior a los 53 mil 794 millones que le autorizaron el año pasado.

Personal retirado. Durante este año, de acuerdo con información proporcionada por la Subdirección de Relaciones Laborales y Servicios
al Personal, dependiente de la Dirección Corporativa de Administración y Servicios de Pemex, entre el mayor número de colaboradores que solicitaron su jubilación se encuentran 60 choferes y cobradores.

La larga lista del personal que busca retirarse con el beneficio de la jubilación incluye médicos cirujanos, especialistas técnicos, operadores, bomberos, asistentes en hospitales, porteros checadores, supervisores de planta, vigilantes, ayudantes de perforación, auxiliares técnicos, obreros, marinos y mayordomos, entre otros.

Pocos son los funcionarios de alto nivel, entre los cuales se encuentran: cinco subdirectores, 17 gerentes; cinco superintendentes, un director de hospital general y un director operativo de la empresa productiva subsidiaria tipo A (todos ellos sin el dato correspondiente a sus nombres).

La información proporcionada por Pemex revela que en los últimos seis años la estrategia de este gobierno para adelgazar la plantilla de trabajadores se sustentó en la invitación o sugerencia de acogerse a la jubilación.

El dato es que de los más de 107 mil jubilados, la mayor proporción corresponde a trabajadores que prestaron sus servicios en oficinas centrales de la Ciudad de México, con un total de 32 mil 471 empleados, entre trabajadores sindicalizados y de confianza.

La segunda entidad que ha aportado la mayor cantidad de jubilados es Veracruz, con 22 mil 817, seguida de Tamaulipas, con 10 mil 788; Campeche, con 7 mil 50; Puebla, 5 mil 409, y Guanajuato, 5 mil 68, entre los más importantes.

En el proceso de adelgazamiento de la plantilla de Pemex se echó mano de los trabajadores que alcanzaron los 55 años de edad para jubilarse —edad que más tarde se ajustó a 60 años. De ahí salieron la mayor cantidad durante esta administración.

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