Con la presentación de la imagen de la sombra de un agujero negro, resultado del proyecto internacional Event Horizon Telescope, obtuvo la primera evidencia directa de estos fenómenos astronómicos, sin embargo esto aún no sucede con sus hermanos los agujeros blancos

"Un agujero negro es un lugar al que puedes entrar pero del que nunca puedes escapar", explica al portal Nova el físico Sean Carroll, del Instituto Tecnológico de California.

En cambio, "un agujero blanco es un lugar de donde puedes salir pero al que nunca puedes regresar", detalla.

Los agujeros blancos, teóricamente los opuestos de los agujeros negros, podrían constituir una porción importante de la materia oscura que se cree engrosa la mayor parte de la materia en el cosmos, apunta el portal Europa Press. 

Entonces, los agujeros blancos se pueden definir como unas colosales erupción de materia y energía que sucede en el espacio.

Es un fenómeno hipotético, que nació de las ecuaciones de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, como sucede con los agujeros negros.

Teóricamente, como explicaba Stephen Hawking, los agujeros blancos están expulsando y repeliendo la materia que llega a ellos.

Entre los "candidatos" a agujeros blancos podrían estar los estallidos de rayos gamma; los púlsares, que son estrellas de neutrones que emiten radiación intensa de forma periódica; o los agujeros negros moribundos. Existen físicos que incluso sugieren que el mismo Big Bang podría considerarse un agujero blanco.

Si en un momento se llega a obtener pruebas de que existen los agujeros blancos, implicaría un gran desafío para los físicos, pues en ese caso aparecería la "gravedad negativa" o las leyes de la termodinámica no se cumplirían, lo que pondría a prueba toda la física moderna.

Algunos físicos creen que un agujero blanco explicaría lo que sucede en el centro de un agujero negro, que estaría conectado con este mediante un "agujero de gusano".

Lo cierto es que hasta el momento el agujero blanco solo existe a nivel teórico; sin embargo, hasta hace unas décadas la existencia de los agujeros negros era puesta en duda por muchos científicos, incluso por el mismo Einstein, y ahora se cuenta con la confirmación de que están ahí fuera, en el Universo.

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