El pie plano se define como un desequilibrio muscular en el pie, en el cual no se marca el arco cuando la persona está parada, según señala en entrevista el ortopedista Ángel Díaz.

A pesar de que durante años el tratamiento para quienes padecen este problema ha sido el zapato ortopédico, el especialista asegura que este método no es el adecuado para corregir el arco.  

Y es que existen dos tipos de pie plano y el tratamiento para ambos es diferente. Existe el pie plano flexible y el pie plano rígido, el primero es el más frecuente.

“El pie plano flexible se cura con ejercicios de rehabilitación;  los zapatos ortopédicos y las plantillas no ayudan, ya que sólo forman el arco plantar cuando están puestas, pero cuando se retiran el arco vuelve a caer”, afirma el experto.

Por su parte, alguien que padece pie plano rígido muy probablemente necesitará cirugía, ya que de no ser así se pueden atrofiar los músculos de los tobillos rodillas.

Un año con ejercicios de rehabilitación puede ser suficiente para curar el pie plano, pero es importante acudir con un especialista, ya que es la forma más rápida de aliviar esto.

En el caso del pie plano rígido, el tiempo de recuperación es más tardado ya que después de la cirugía también necesita diferentes tipos de ejercicios de rehabilitación.

Las causas de la aparición de este mal pueden ser hereditarias, pero también puede ser provocada por los mismos padres al colocarle calcetines zapatos a sus bebés, ya que estos objetos impiden la movilidad de los músculos del pie.

Simplemente no colocando nada en los pies a los bebés, ya que está es la causa principal por la que se genera el pie plano. Los niños necesitan tener movilidad en sus músculos del pie.

Por último el especialista señala que para diagnosticarlo se recomienda asistir con un  ortopedista quien tendrá que realizar una prueba en la que se pone al paciente de puntitas y si se levanta el arco plantal para ver si se forma de manera adecuada.

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