El 16 de octubre de 1945, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, se estableció oficialmente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo principal objetivo es concienciar respecto a la hambruna, la alimentación y pobreza en el mundo. A partir de 1980, se estableció en esa misma fecha el Día Mundial de la Alimentación con las metas específicas de promover la agricultura y la economía en países subdesarrollados, incluir en actividades económicas a las minorías y poblaciones rurales, y fomentar la solidaridad entre naciones en cuanto a la lucha contra el hambre.

Existe una meta específica que ya presentan con la etiqueta #HambreCero y está contemplada para que al llegar el 2030 no haya más hambruna en el mundo. El 16 de octubre se llevan a cabo actos en distintos puntos del planeta que ayudan a difundir los objetivos e incluir a más poblaciones dentro de los planes establecidos para ello.

Algunas de las acciones que la FAO buscar fomentar entre los ciudadanos son tan simples, que deberían ponernos a pensar qué tan poco hacemos desde casa y qué más podríamos hacer más allá de la zona de confort. Una de estas iniciativas es tan sencilla como obvia: no tirar comida. ¿Cuántos de nosotros reflexionamos acerca de la cantidad de alimentos que desechamos porque, demos gracias, tenemos de sobra, y cuánta gente vive al día con una torta o un taco?

Otras propuestas son producir más alimentos mejorando el rendimiento del sector agrícola, e incluir en las dietas alimentos de mejor calidad y fácil elaboración. Esto va de la mano de un crecimiento económico sostenible, por un lado, y de una alimentación adecuada que promueva el completo desarrollo físico e intelectual de las personas, sin que esto represente gastos innecesarios.

Según la revista Forbes, en 2016 la ONU contaba 795 millones de personas con desnutrición. Los países en la situación más preocupante de hambruna eran la República Centroafricana, Chad, Zambia, Timor Oriental y Sierra Leona. El Índice Global del Hambre estudia 119 países, los cuales se encuentran en distintos rangos de acuerdo con su realidad: alarmante, severo, moderado, bajo. Este estudio ha indicado que las personas con menor poder político y social son las más afectadas por el hambre.

No tenemos que irnos a otro continente para saber que en México hay mucha gente desnutrida, sobre todo niños, lo que significa un futuro preocupante, pues al ser las generaciones más jóvenes las más afectadas en su desarrollo, lo que promete son adultos que no podrán enfrentar física, intelectual y emocionalmente los desafíos por venir. Creemos líneas de acción, emprendamos tareas, contactemos organizaciones para que entre todos alimentemos el futuro del país y del mundo.

Sitio web del Día Mundial de la Alimentación: http://www.fao.org/world-food-day/home/es/?no_cache=1

Sitio web del Índice Global del Hambre: http://www.ifpri.org/topic/global-hunger-index

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