Andrés Manuel López Obrador es un político de símbolos y señales. Sus decisiones, muchas de ellas impulsivas y sin aparente estrategia, tienen la finalidad de enviar mensajes a múltiples destinatarios, entre ellos sus detractores, opositores políticos y poderes fácticos.
 
Un empresario de alto perfil que lo conoce bien, porque trabajó de la mano de su gobierno en el entonces Distrito Federal y ahora se apresta a hacerlo en esta nueva administración, explica que decisiones polémicas, como la de cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y combatir el huachicoleo, son simbólicas y han sido sopesadas por los grandes costos económicos y sociales que podrían implicar.  
 
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, cuyo costo para el país podría ser mayor que terminar de construirlo, tiene de fondo un claro mensaje para los empresarios (algunos de los más grandes de México), para los políticos relacionados con el proyecto y para los inversionistas globales que tienen bonos de deuda. “El mensaje es que el gobierno no se va a someter, sino que tomará el control de las decisiones, con los grandes costos que esto conlleva”.
 
El golpe sobre la mesa que dio AMLO generó una negociación con los tenedores de bonos del aeropuerto, quienes terminaron aceptando la última oferta del gobierno; en tanto, a los empresarios contratistas (Carlos SlimHipólito GerardCarlos Hank Olegario Vázquez, entre otros) los tiene en ascuas, pues aunque les ofreció participar en la obra de Santa Lucía, esta se le otorgará al Ejército; por otro lado, lo más probable es que reciban sólo el dinero que llevan ejercido en la obra y no el total de los contratos adjudicados. Pese a todo, los poderosos hombres de negocios han decidido ‘llevar al fiesta en paz’ con el nuevo gobierno y algunos de ellos incluso forman parte de su Consejo Asesor Empresarial.
 
Por otro lado, la cancelación del NAIM enterró el negocio de muchos políticos del gobierno de Enrique Peña Nieto, particularmente del denominado Grupo Atlacomulco, quienes compraron buena parte de los terrenos aledaños al aeropuerto y participaban del proyecto a través de terceros, por ejemplo, en el transporte de tierra y asfalto que, según confirmó ayer Andrés Manuel López Obrador, utilizaban gasolina robada. Uno de los personajes que tiene identificado el nuevo gobierno es actualmente un influyente senador del PRI.
 
Con respecto a la guerra contra el huachicoleo, si bien la estrategia de cerrar ductos y optar por transportar la gasolina en pipas luce errada, su objetivo de fondo es, además de enfrentar a los grupos criminales que controlan el negocio, enviar un mensaje a los ‘delincuentes de cuello blanco’: políticos, gobernantes, funcionarios y ex funcionarios de Pemex y al sindicato.
 
Un alto ex directivo de Pemex en la administración peñanietista considera que uno de los mensajes del combate al robo de combustible tiene como destinatario final a Carlos Romero Deschamps y a sus alfiles, quienes podrían estar viviendo sus últimos días como líderes del sindicato petrolero.
 
Otros de los sometidos con la escasez de gasolina son los gobiernos estatales y locales, quienes están padeciendo la crisis de abasto; frente a ello, algunos como el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, han tenido que ir directamente a Estados Unidos a negociar la importación de combustible.
 
Los transportistas privados, las compañías extranjeras que tienen estaciones de gasolina y que llegaron al país con la apertura del sector energético, así como miles de empresas de todos los sectores económicos, también están siendo sometidos por la falta de combustible y se encuentran a la expectativa de lo que decida el presidente y su gabinete.
 
Las decisiones radicales del nuevo gobierno tienen a los afectados (empresarios, inversionistas, políticos, organizaciones sindicales y a la sociedad) ‘comiendo de la mano’ de la Cuarta Transformación. No sólo se trata de un combate a la corrupción, en el caso del nuevo aeropuerto, y al crimen organizado, en el caso de la guerra contra el huachicoleo, sino de un mensaje para todos los que quieran escuchar: no hay nadie más poderoso que el presidente.
 
Trazadores anti ordeña

En tiempos de desabasto surgen hipótesis sobre los mecanismos que la administración federal debe implementar para evitar la ordeña ilegal de combustibles en el país, delito que ronda los 60 mil millones de pesos.
 
En este contexto, destacan los Trazadores Moleculares. Se trata de moléculas añadidas a las gasolinas para identificar su origen, recorrido y si se le han incorporado sustancias que no pertenecen a la fórmula original. Mediante dicho proceso en Ecuador, Colombia, Malasia, India y Reino Unido se ha logrado disminuir en más de 50% del robo de combustibles.

Estas tecnologías, que ya tienen 10 años en operación, tienen la ventaja de  que la gasolina transportada termina su procesamiento en el momento en que se encuentra en las terminales de almacenamiento, por lo que no puede ser utilizada antes, durante su traslado.
 
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