En un intento por acallar versiones que ubican a Morena detrás del conflicto estudiantil en la UNAM, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador recibió en su despacho de la colonia Roma al rector Enrique Graue. El encuentro no pudo ser más significativo, justo cuando en las asambleas universitarias comienzan a surgir peticiones no sólo de alumnos sino también de maestros activistas para solicitar la “renuncia del rector Graue”, aún cuando eso nunca estuvo en las demandas originales de mayor seguridad, alto a la violencia y que se acaben los “porros” que desataron este conflicto al agredir brutalmente a estudiantes del CCH Azcapotzalco.

“Ningún intento de desestabilización en la UNAM va a prosperar. Las demandas de los estudiantes son justas y los jóvenes han actuado con mucha responsabilidad. Pedimos que se actúe por la vía legal, que se castigue, que no haya encubrimiento a los responsables y mantenimiento de la autonomía de la Universidad. No va a ser fácil que quieran intereses de otro tipo montarse en el movimiento para desestabilizar a la UNAM, no tendrían base. Los jóvenes se manifiestan porque quieren justicia y otro tipo de mantas con otros propósitos, pues no van a tener asidero porque los jóvenes no van a ser presa fácil de la manipulación”, dijo López Obrador en un video conjunto con el rector subido a redes sociales.

Expresamente el mandatario electo dio su respaldo a Graue Wiechers, ante voces radicales que han pedido su salida de la UNAM: “Tengo mucha confianza en que se va a mantener la estabilidad, hay que procurar eso, no caer en ninguna provocación, no aceptar la violencia: diálogo, diálogo, diálogo, diálogo y si nos cansamos y se rompe el diálogo, diálogo, diálogo y tener confianza en las autoridades de nuestra Universidad”, dijo Andrés Manuel mientras daba una palmada en el hombro al rector a quien agradeció su visita.

¿A quién iba dirigido el mensaje claro y contundente de AMLO al respaldar la rectoría de Graue? ¿A los grupos radicales, algunos incluso vinculados a académicos afines a Morena que se han involucrado en el movimiento como el académico Jonh Ackerman, a quién se ha visto encabezando asambleas en la Facultad de Derecho de la que es profesor? O a otros grupos internos de la UNAM, que aprovechan el movimiento para “montarse” con mantas y consignas que buscan un cambio en la rectoría que favorezca a intereses de otros grupos?

Y es que el movimiento ha comenzado a ser influenciado por voces que ya no sólo exigen acciones contra la violencia y los porros y mayor seguridad en las instalaciones universitarias, sino que empiezan a tomar tintes de buscar un cambio en la rectoría. Un profesor universitario, cuya identidad omitimos por seguridad, mandó una carta firmada por varios profesores del CCH que no están de acuerdo con el “nuevo giro” que algunos grupos intentan dar a la movilización estudiantil.

“Las autoridades universitarias, y especialmente el rector, han atendido los problemas desde el día que iniciaron, y su voluntad ha sido siempre la de acompañar a los estudiantes, apoyarlos y resolver las peticiones particulares de cada escuela. No se entiende, por todas estas razones, que el viernes 7, en la asamblea interuniversitaria celebrada en la Facultad de Derecho, dos puntos del pliego petitorio vayan en contra de esta actuación. Pedir la destitución del rector y del director general del CCH es, cuando menos, absurdo: ¿Quién atenderá entonces la solución de los problemas? ¿Quién encabezará el diálogo para resolver el conflicto? ¿Por qué razones deben renunciar, por su actitud eficiente y de apoyo a los estudiantes? Las peticiones fuera de lugar pueden llevarnos a una situación caótica e irresoluble. Llamamos a los estudiantes a ignorar las voces que sólo buscan hacer mayúsculo el conflicto, perjudicar a la educación y dañar a esta casa generosa y noble, la UNAM, que tantos beneficios ha dado al país, que es de todos los mexicanos y que siempre ha estado abierta a escuchar las múltiples voces. Incluso la de quienes atentan contra ella”, dicen los maestros de Colegio de Ciencias y Humanidades.

Así que va la pregunta de nuevo ¿quiénes son los grupos que, con “intereses de otro tipo”, intentan “montarse en el movimiento para desestabilizar a la UNAM”, como dice López Obrador? ¿A quiénes les mandó el mensaje el presidente electo al darle un espaldarazo al rector Graue?

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