Para ingresar me pidieron registrarme. Mi mail y una identificación fueron suficientes. Al entrar me topé con una variedad de productos amplísima: pastillas, pipas, tés, dulces, pomadas, palomitas, pasteles, gomitas... para descansar, para dormir, para reír, para relajarse, para enfocarse. Quienes atendían el negocio no escatimaron en explicaciones. Me hablaron detalladamente de los efectos para la salud que genera el consumo de lo que venden, en el corto y el largo plazo. Así se compra marihuana en California. Así se compra también en otros doce estados de la Unión Americana y en cualquier ciudad de Canadá.

El acceso por razones medicinales es ya posible en más de treinta entidades de Estados Unidos. En 2018, la venta legal de cannabis en ese país alcanzó los 26 mil 300 millones de dólares y generó 259 mil empleos directos. Las ventajas económicas de la legalización han tenido un importante impacto en la opinión pública. Actualmente, el 64 por ciento de los estadounidenses aprueba la venta legal de estos productos. Contrasta con el apenas 12 por ciento de aceptación que tenía en 1970.

En Canadá, donde ya se alcanzó la legalización a nivel federal, se han recaudado casi 122 mil millones de dólares en impuestos producto únicamente de la venta de marihuana medicinal. Su uso recreativo, aprobado en octubre de 2018, empieza a generar un mercado muy próspero. Son ya más de treinta países en el mundo con alguna forma legal de comercialización.

En México ha habido algunos avances desde el ámbito judicial y la regulación se ha analizado muchas veces en el Congreso, pero esta vez sí existen las condiciones para que la discusión se traduzca en aprobación. La iniciativa presentada por Morena en el Senado pretende regular la producción, venta y consumo. Eso, además de generar ganancias para el Estado, podría incidir en la disminución de la violencia asociada al tráfico de marihuana. Existe la voluntad en el gobierno federal, que cuenta con mayoría en ambas cámaras. Habrá que vencer la resistencia, no solo de los que se benefician del mercado negro y la política prohibicionista, también de la industria farmacéutica que podría verse afectada con el uso medicinal de esta planta.

HUERFANITO. ¿Y el uso medicinal de la amapola para cuándo?

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