El diagnóstico de Andrés Manuel López Obrador vuelve a ser certero: hay que luchar en contra del robo de combustible, del huachicoleo, que ha crecido exponencial e impunemente.

Veamos cifras de los últimos tres años: 2016, el robo de combustible representó 30 mil 800 millones de pesos; en 2017 fue de 50 mil 100 mdp y en 2018 de 66 mil 300 mdp. En total por estos últimos tres años, Pemex ha perdido 147 mil 200 millones de pesos. Ahora sí que este es dinero que ¡ni Trump tiene para construir su muro en la frontera! Y, ¿cuántos huachicoleros están en prisión? Cero.

Dice AMLO que ha disminuido el robo de combustible en 2 mil 500 millones de pesos tan solo desde que inició su plan en contra del huachicoleo a finales de diciembre. Pues claro que han bajado las tomas clandestinas si no hay nada en los ductos, pero la disyuntiva no puede ser o cerrar el ducto o hay robo de gasolinas. Éxito es que no haya robo aun con los ductos abiertos.

Seguramente si cierran los antros, bares y discotecas en todo el país, bajarán los borrachos en los establecimientos, pero eso no puede considerarse una política exitosa en contra del alcoholismo.

La correcta intención de luchar en contra del robo de combustible no puede depender de mantener cerrados los ductos, sobre todo si tomamos en cuenta el sobrecosto de abastecer vía pipas y lo impráctico que es por el tiempo que toma la llegada de la gasolina a las gasolineras.

Además, está la falta de transparencia de Pemex para explicar qué empresas están siendo contratadas para el transporte de combustible. Esto se presta a conjeturas, especulación y duda sobre las verdaderas intenciones de cerrar los ductos y abastecer vía pipas a las gasolineras del país.

Por ejemplo, trascendió que Excellence Freights, de Grupo Idesa, es una de las empresas que está transportando gasolina. Grupo Idesa fue fundada por Pascual Gutiérrez Roldán, suegro del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, quien fue Consejero de Grupo Idesa hasta abril del 2018, mientras su esposa, Elisa Margarita Gutiérrez, es accionista.

Ayer hablé con el director de Grupo Idesa, el Ing. José Luis Uriegas, para verificar si están recibiendo contratos por adjudicación directa para el transporte de gasolina. Su respuesta la resumo en una frase contundente: “Nosotros no transportamos combustible de Pemex y no estamos participando en el abasto actual de gasolina.” Así, esta especulación queda desmentida. Pero la pregunta para Pemex permanece: ¿qué porcentaje del abastecimiento a través de pipas está siendo cubierto por empresas privadas? ¿quiénes están siendo contratados? ¿por qué montos?

En una medida urgente que es luchar en contra del robo de combustible, AMLO está presentando una falsa disyuntiva: está generando carencia de gasolina en las gasolineras (nótese que no se está utilizando la palabra desabasto, que tanto se empeña en negar el gobierno), y además surgen dudas sobre contratos para atender una emergencia autoinfligida.

Por si esto fuera poco, en la conferencia matutina de ayer, AMLO informó que el general Eduardo León Trauwitz, quien fuera el encargado de luchar en contra del huachicol en Pemex, está siendo investigado por su posible colusión en el robo.

Tanto se repudió los escándalos de corrupción en el pasado, en donde no hubo sentencias firmes contra ningún responsable de alto nivel, como para que ahora sigamos con señalamientos sin procesos judiciales formales.

Si hay pruebas en contra del general León Trauwitz, que se denuncie. Si no, que no sea utilizado como cortina de humo ante una ciudadanía que empieza a apanicarse por la dificultad para obtener combustible.

 

@AnaPOrdorica

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