Cuentan un chiste en Whatsapp: hay un piloto ciego, hay un copiloto ciego, ambos son los responsables de un vuelo. Los pasajeros están aterrados, todos saben de la condición de los que llevan el mando, avanzan, Nervios. Siguen. Nervios.

Llevan un rato que debieron levantar el vuelo y nada hasta que… ¡un grito!...¡Toda la tripulación en pánico!..

Hasta que al final, despegan… Dicen los responsables: —El día que no griten nos carga la…—

Todo pasó. Al fin, volaron y todo valió un grito. ¡Enhorabuena!

Así estamos en México, no son las estancias infantiles, no son los refugios de mujeres, no son las calificadoras, no son los indicadores, lo es absolutamente el todo y el hecho de que no gritamos aunque estamos a punto del colapso, a unos segundos de la tragedia

Ahí están los datos, ahí está la evidencia del mundo.

 

Quizá, hemos decidido que nos conviene mucho más un par de ciegos al timón del destino nacional, quizá pensamos que es mejor la tragedia evidente que la tragedia que nos duele en el fondo porque nos sabemos perdidos todos lo días, todas las horas… Porque sólo esperamos el final.

Es natural: preferimos optar por no pensar, preferimos que lo hagan otros que, aunque ciegos, piensen por nosotros y carguen con la pena.

¿Cómo diablos se hace en estos tiempos para ser optimista cuando todo apunta al abismo?, ¿qué destino depara a los ateos, a los que no tienen fe cuando lo único que importa es la fe?

Habrá que pensar que nada está escrito, que podemos cambiar el mundo a punta de ilusiones; habrá que pensar que todo es de papel y como tal, todo es manipulable, todo es posible porque nada existe…

Así pensó Chávez, así pensó la revolución cultural de China y así también pensaron en la Rusia de las Repúblicas Soviéticas pero ellos no tuvieron la suficiente fe, la que a nosotros nosotros nos sobra porque, ¡joder!, ¡de alguna manera somos los elegidos!,

¿O no?, ¿Escribo para los que leen esto con afán de destruirlo a punta de peyorativos y mentadas que se mueren en la virtualidad?

Somos nada.

 

Somos el reflejo del hartazgo que vive de la frustración, somos el índice de consumidor que lo espera todo pero que no pagará absolutamente nada.

Que me joda y nos jodamos los pesimistas.

 

¡Que la 4T nos cierre la boca!

 

¡Que nos demuestren nuestro error sin una crisis!, ¡que venga la bonanza, la paz y el paraíso por decreto!

Pero, peor aún… ¡Que nos lleve el infierno por haber tenido razón!

No hay peor pecado que el de la desilusión anticipada. No merece nadie más el infierno que el aguafiestas avecinando la tormenta.

Confieso: No veo manera de ser optimista. ¿o sí?

 

De Colofón.- Militares construirán y operarán un aeropuerto. Será muy interesante leer las referencias en los portales turísticos cuando nos comparen con Ucrania o Turquía, eso sí, con una bonita foto del Presidente tras los fusiles de un soldado.

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