La percepción generalizada de que los jóvenes seleccionados nacionales perdieron dos partidos consecutivos puede romper de tajo un proyecto bien intencionado de renovar a un equipo que pedía a gritos que así fuera. 

El mundo resultadista puede ser el enemigo a vencer por Ricardo Ferretti y la Femexfut, porque sin duda a estos jugadores que estuvieron frente a Uruguay y Estados Unidos, les hace falta demasiado trabajo. Pero hay más esperanza en crear un grupo novel, con estructura e impulsando la disciplina y cultura deportiva, que volver a llamar a los de siempre, a los que con su gran nivel no lograron algo distinto a generaciones pasadas.

Es por esto que la sensatez debe estar presente en cada cabeza de quienes toman esta decisión, y si van a apostar a estos jóvenes, hacerlo en serio y ayudándolos a desarrollarse como se debe, porque la mayoría sí tiene el talento para dar una esperanza futura.

Claro que también existen futbolistas en Europa y en la Liga MX que deben apuntalar al equipo. Carlos Salcedo sano, Héctor Herrera, Héctor Moreno, Guillermo Ochoa, Hirving Lozano, Erick Gutiérrez, Diego Reyes, Néstor Araujo; y si Carlos Vela está convencido, combinándose con los que vimos ahora, podrían armar una selección competitiva y con un verdadero cambio generacional.

Por lo pronto Ferretti apostará a lo mismo para encarar a Chile y Costa Rica en la siguiente fecha FIFA y es lógico, pero eso sí, deben trabajar mucho más y mejor.
Una gira que al final tuvo siete bajas, Rodolfo Pizarro, Carlos Salcedo, Guillermo Ochoa, Lozano, Gutiérrez, Orbelín Pineda, Raúl Jiménez no pudieron jugar contra Estados Unidos, vaya, quitando a Jiménez, ni entrenar. Por eso en el campo de Nashville la alineación titular tuvo un promedio de edad de 23.3 años, que quitando a Oswaldo Alanís (29) y Hugo Ayala(31), los demás sí son las verdaderas promesas del futbol mexicano.

Hay futbolistas que podrían emigrar a Europa y terminar de formarse allá, sin duda debe ser de interés para muchos clubes tener a Diego Lainez o a Roberto Alvarado. Es decir, ya existe una verdadera competencia para la generación del fracaso, esos futbolistas que tuvieron la oportunidad de jugar hasta tres mundiales y siempre el resultado fue el mismo.

Un duro golpe perder con Estados Unidos, claro que sí, porque iniciar dos generaciones jóvenes, ellos y México con un partido perdido aumentará el orgullo pero también la presión, porque ahora serán señalados como los de siempre, ir a Estados Unidos y perder, algo muy común de nuestro futbol.  
 
@gvlo2008

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