En octubre de 2017 se difundió un video en el que aparecían varios hombres armados y con el rostro cubierto. Al frente del grupo se hallaba un hombre que, entre otras cosas, gritaba: “¡Arriba Guanajuato!”, “¡Soy Santa Rosa!”, “¡Arriba la gente del Marro!”.

Aquel sujeto, identificado como José Antionio Yépez Ortiz, alias "El Marro", líder de un cártel de nueva aparición, el Cártel de Santa Rosa de Lima, le estaba declarando la guerra al Cártel Jalisco Nueva Generación, CJNG.

Era la declaración oficial de la guerra por el huachicol, la venta de droga y robo a transporte, en el llamado Triángulo de Guanajuato: un corredor que atraviesa Celaya, Salamanca, Irapuato, León y ambos Apaseos: el sitio por el que corren algunos de los ductos más exprimidos del país. Los ductos que ordeña el crimen organizado.

La guerra entre "El Marro", y el entonces líder regional del CJNG, Francisco Cerda, alias "El Señor de la Silla".

En pocos meses las ejecuciones se dispararon (se habla de un crecimiento de 160 por ciento). El Marro fue detenido en 2018, y en octubre de ese año se difundió la noticia de que El Señor de la Silla había muerto en su propia casa, a consecuencia de un infarto.

Nada cambió en Guanajuato. Entre otras cosas porque un juez dejó al Marro en libertad. Automáticamente, Yépez Ortiz se convirtió en el criminal más poderoso de Guanajuato. Más de 1,500 puntos de ordeña fueron identificados en su zona de influencia.

La PGR señaló en el último tramo de la pasada administración que El Marro había extendido sus redes hacia Querétaro, Michoacán y Jalisco. Según la Defensa Nacional, la consecuencia inmediata fue que el nuevo enemigo del capo fuera, nada menos, Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del grupo criminal con mayor presencia en México: el Cártel Jalisco Nueva Generación.

En diciembre, el gobierno estatal informó que 85 por ciento de las muertes violentas ocurridas en Guanajuato (2,367 en 2018) estaban relacionadas con la guerra de Yépez. Ese era el porcentaje de homicidios relacionados con el huachicol.

Videos que El Marro hizo circular, revelaron que el Cártel de Santa Rosa de Lima buscó una alianza con El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa. Se difundió también la especie de que El Marro estaba en charlas con los hijos de El Chapo: la intención era meterlos al negocio del huachicol y sus ganancias millonarias.

Hoy se sabe que dichas alianzas no prosperaron. El cambio de administración, marcado por la decisión presidencial de combatir un delito que, de acuerdo con Pemex, dejó en 2018 pérdidas por 35 mil millones de pesos (el presidente afirma que la cifra es aún mayor: de 50 a 70 mil millones de pesos), llevó a los grupos criminales de Guanajuato a tomar la peor decisión posible para el pueblo guanajuatense.

Reportes del gobierno federal señalan que El Marro decidió pactar con El Mencho para enfrentar juntos la embestida gubernamental.

Fichas de inteligencia indican que El Marro militó en un cuerpo de seguridad mexicano y luego formó parte de un grupo criminal asociado al tráfico de drogas. De pronto descubrió en Guanajuato una mina de oro —que en el sexenio de Enrique Peña Nieto arrojó ganancias de por lo menos 200 mil millones de pesos.

La PGR afirma que el Cártel de Santa Rosa cuenta con al menos un millar de miembros activos, y con una base social formada por decenas de miles de personas. Trabajos de inteligencia ubican que el actual bastión del Marro se encuentra en localidades del municipio de Celaya. Desde ahí opera, según las autoridades, el Cártel del Huachicol.

Ayer, en Elguera, Celaya, una revisión efectuada por la División de Gendarmería de la Policía Federal estuvo a punto de terminar en linchamiento. De acuerdo con los agentes, una pareja que fue detectada en posesión de “puntas metálicas” empleadas para detener el paso de vehículos y unidades de transporte de carga, “y proceder a vandalizarlos”, fue rescatada por decenas de pobladores del lugar que “hicieron una aglomeración” y amenazaron a los federales con “llamar a la gente del Cártel de Santa Rosa”. Una persona resultó con un herida de arma de fuego en una pierna. Los federales se vieron obligados a huir.

Una fuente indica que en aquella zona de Guanajuato corre la especie de que El Marro está intentando venderle “la plaza” a El Mencho, y que si esto es cierto, no hay manera de saber lo que va a ocurrir.

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