De plano es difícil comprender la trama. ¿Buscó o no el equipo de Andrés Manuel López Obrador al economista Santiago Levy para que se incorporara a su posible gobierno? La pregunta es sencilla y merece una respuesta puntual.

El día 29 de marzo de este año el señor Gerardo Rodríguez escribió un mensaje en Twitter advirtiendo a Gerardo Esquivel, el asesor estrella de AMLO para los temas económicos: “Santiago Levy en busca de chamba con el Peje. Ojo tocayo @esquivelgerardo que no te vayan a rebasar por la derecha”.

A este mensaje Esquivel respondió casi de inmediato: “Pues ojalá que ahora que deje el BID se anime a venirse a México. Será muy bienvenido. Gente como él hace falta en nuestro país”.

No han pasado ni tres meses de este intercambio en Twitter y sin embargo algo fundamental cambió. En marzo era irrelevante que Levy hubiese sido profesor del ITAM, también que hubiera sido subsecretario de Hacienda durante el gobierno neoliberal de Ernesto Zedillo Ponce de León, o director del Instituto Mexicano del Seguro Social del gobierno conservador de Vicente Fox.

Cabe suponer que los trabajos académicos más recientes de Levy, en particular su extraordinario libro Buenas Intenciones, Malos Resultados, superaban en mérito la currícula previa. Acaso también valoró el equipo de AMLO la posición que actualmente ocupa Levy dentro de la muy pequeña élite financiera mundial: es vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo.

Es obvio que Levy estaba siendo considerado para incorporarse de alguna manera al equipo de gobierno de quien muy probablemente será el próximo presidente de México. De otra manera, ¿para qué querría el asesor económico estrella de AMLO que se regresara al país?

Ésta es la pregunta principal y, acaso, la que mayor confusión produjo. Dado que Levy ya fue subsecretario de Hacienda, habría sido ingenuo, por no decir inaceptable, que le propusieran repetir en ese cargo.

A ese ex profesor del ITAM le ofrecieron otro puesto más importante: a Santiago Levy lo buscó el equipo de López Obrador, sin que su itamismo, su neoliberalismo ni su conservadurismo fueran argumentos relevantes.

¿Por qué, entonces, ante la especulación de que podría ser el futuro secretario de Hacienda con López Obrador, Gerardo Esquivel escribió el lunes pasado, también a través de su cuenta de Twiter: “Veo que ya hay quienes piden aplicar el Gatopardismo económico: que todo cambie para que nada cambie. Lamentable?”.

¿Por qué, horas después, volvió a tuitear: “Perdida la presidencia, sálvese el modelo el sueño guajiro de los neoliberales (y de sus acólitos)?”.

Primero se le pide a un neoliberal que regrese a la patria y luego se señala a quienes consignaron el hecho como gatopardistas, acólitos neoliberales y soñadores guajiros.

Aquí no hay fake news creada para destruir a nadie ni acusar a nadie. La propuesta de Levy como secretario de Hacienda sonaba lógica en un contexto de incertidumbre económica provocada por la guerra arancelaria que el gobierno de Donald Trump ha emprendido contra nuestro país. Un acto de gradualismo para una transición económica que, con o sin Levy, terminará ocurriendo.

ZOOM: Fue el equipo de AMLO quien echó a andar el rumor y fue el candidato presidencial de Morena quien lo mató: Carlos Urzúa fue ratificado para encabezar la Secretaría de Hacienda. Ya entendimos, y sin embargo la duda flota: ¿porqué buscaron a Levy y luego lo desecharon? O habrá sido al revés: ¿el neoliberal despreció la oferta?


@ricardomraphael

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