El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en especial la Presidencia de la República y el recientemente extinto Estado Mayor, tiene varios helicópteros modelo Agusta-Westland como el que se desplomó este 24 de diciembre en el municipio de Santa María Coronango con cinco personas a bordo, entre ellas la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle.

Andrés Manuel López Obrador ha dicho que planea deshacerse de buena parte de la flota aérea del gobierno federal y empezó con el avión presidencial que envió a Victorville, California, el 3 de diciembre pasado. Sin embargo, el resto de los aviones y helicópteros siguen disponibles para uso de las dependencias federales, incluida la Presidencia de la República.

De acuerdo con información de la Coordinación General de Transportes Aéreos Presidenciales, el titular del Ejecutivo tiene disponibles 10 helicópteros, de los cuales dos son Agusta AW109SP, el mismo modelo en el que viajaba la pareja Moreno Valle y que se precipitó 10 minutos después del despegue, presuntamente por una falla mecánica.

En agosto pasado, la empresa JetLease ofreció arrendar y operar al menos 35 aeronaves propiedad del gobierno federal, para lo cual hizo una lista por dependencia. De este total, 10 son helicópteros Agusta AW109SP del fabricante italiano Leonardo S.p.a. Ocho de estos pertenecen al (ahora disuelto) Estado Mayor Presidencial, a la Secretaría de Marina y a la Unidad Especial de Transportes Aéreos del Alto Mando; uno más a Conagua y otro a la Procuraduría General de la República.

Los helicópteros Agusta AW109SP son utilizados normalmente como transportes ejecutivos. Se trata de aeronaves de gran diseño que suelen ser usadas con frecuencia por empresarios y políticos. A finales de noviembre, el dueño del equipo Leicester City, Vichai Srivaddhanaprabha, se desplomó en un Agusta AW109SP tras despegar del estadio del equipo inglés.

La División de Investigación de Accidentes Aéreos de la Gran Bretaña concluyó que la caída se debió a una falla en el mecanismo que une a los pedales de la cabina de la aeronave con el rotor de la cola, la cual se desconectó, ocasionado que el piloto perdiera el control.

De acuerdo con el especialista en aviación y director del portal América Vuela, Héctor Dávila, durante los últimos cinco años se ha operado en México una flota de cerca de 930 helicópteros de todo tipo, de los cuales unos 75 son de la marca Agusta. En ese mismo periodo se han registrado 55 accidentes, de los cuales seis han sido protagonizados por este tipo de aeronaves.

Para el experto, si bien no existen elementos claros para pensar que los helicópteros Agusta son más peligrosos de operar en México que cualquier otra marca, la mayoría de los incidentes, unos muy ‘mediáticos’ por las personas involucradas, han tenido que ver con condiciones de clima adverso, lo cual no fue el caso del percance en el que murieron los Moreno Valle.

De los casos mediáticos que han involucrado helicópteros Agusta están los de los empresarios Moisés Saba y el hijo de Juan Armando Hinojosa, en ambos casos las condiciones meteorológicas junto con fallas humanas fueron los factores principales de las tragedias.

Moisés Saba y algunos de sus familiares murieron el 10 de enero de 2010 luego de que su helicóptero se precipitara en condiciones meteorológicas muy adversas y sin llevar copiloto como lo obliga la ley de aviación civil, mientras que el accidente del hijo de Hinojosa, el 29 de julio de 2012, también fue en medio de un clima desfavorable.

“Del análisis de los accidentes de helicópteros Agusta de los últimos años en nuestro país, con excepción del reciente en Puebla, en casi todos, los factores humanos y climáticos parecen haber sido los principales actores que incidieron en los lamentables sucesos, predominando el conocido y muy temido CFIT (vuelo controlado hacia el terreno), y no hay en ningún caso evidencias de falla mecánica o de diseño en los aparatos”, expone Dávila.

Habrá que esperar a conocer los resultados de la investigación de las autoridades mexicanas, que se realizarán con ayuda del Consejo de Seguridad en el Transporte de Canadá y el asesor técnico Ivan Granciano, de Pratt & Whitney, fabricante de las turbinas del helicóptero; sin embargo, por la experiencia de otros casos, más le valdría al nuevo gobierno dar una explicación clara, contundente y verosímil sobre lo sucedido.

Posdata. Una de dos: o a AMLO le va a costar más trabajo vender los Agusta que opera el gobierno federal, dados los antecedentes, o más le vale también invertir en su mantenimiento y en el entrenamiento de sus pilotos para evitar que sucedan nuevos accidentes.

 

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