Soñar con tener una playera oficial, una taza de The Legend of Zelda o un peluche de Mario Kart, era casi imposible. Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar desde 2005, y New York fue el testigo de ese cambio. La ciudad de luz se convirtió en ese año en la capital mundial de la mercancía de Nintendo; ahí se instaló la Nintendo World Store. Ubicada en el número 10 del Rockefeller Center, con entrada en la calle 48 y a una cuadra de la populosa Quinta Avenida, la tienda es el paraíso para cualquier fanático de Nintendo, un lugar obligado cuando se visita la ciudad.

Al pasar de los años el lugar se ha transformado: pasó de ser un espacio dedicado a la venta de videojuegos a ser un lugar donde la marca vende una gran variedad de productos como playeras, tazas, libretas, peluches, etc; dejando solo un pequeño rincón en el segundo piso para la venta de juegos físicos o tarjetas descargables.

La tienda ha sido también lugar de presentación de consolas o videojuegos, contando con la visita de grandes personajes de la marca como Shigeru Miyamoto o Reggie Fils-Aime (el actual presidente de la marca en América) quien por cierto nació en esta ciudad, en el popular Bronx al norte de la ciudad.

En pocas palabras, la tienda es punta de lanza para la Gran N, no solo en América, sino en el mundo. Es importante apuntar que Nintendo ha tenido una fuerte estrategia para posicionar sus productos en el mundo. Desde hace unos años podemos comprar gran variedad de cosas de la marca en muchos lugares, sin embargo es en la Nintendo World Store en donde se hacen formalmente los lanzamientos de los mismos.

Desgraciadamente los videojuegos han pasado a segundo plano en la tienda. Es triste para un fan de los juegos de la marca encontrar más variedad en tiendas cercanas que en la propia Nintendo Store. Las guías, los libros de arte o soundtracks que siempre han sido complicados de encontrar, también tienen espacio limitado en el segundo piso; aún así, títulos complejos de cualquiera de los productos mencionados es relativamente sencillo de encontrar si uno pregunta.

Da lo mismo comprar o solo visitar la tienda. El lugar tiene una magia especial que cualquier fanático de la marca sabrá valorar. Sin duda darse unos minutos en una visita por Manhattan para visitar la Nintendo World Store, es una experiencia que valdrá siempre la pena. El lugar ya huele un poquito a historia

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