El viernes fue la demostración palpable de que los mexicanos —claro, no todos— no tienen ni idea de lo que es ganar. Antes de que le entregaran la medalla de bronce a Alexa Moreno, las redes sociales ya estaban inundadas de retos a quienes la habían criticado, hace un par de años, por su apariencia, en vez de reconocer lo difícil y compleja que fue la prueba de salto de caballo en el Mundial de Gimnasia Artística, además de lo que representa estar solamente dos puestos detrás de la mejor deportista de todos los tiempos: Simone Biles, quien —por cuarta edición consecutiva— ganó el All Around femenil.

Eso no se dice. Solamente, una serie de ambigüedades, banalidades y —lo peor de todo— con extrema cobardía, ya que ninguno de estos redentores de la verdad se atrevió a citar algún nombre; claro, lanzar la piedra y esconder la mano es muy fácil.

Tampoco existe amplitud en los criterios de políticos. Se reconoce el éxito de Alexa, pero sin tener algo que ver la Conade, porque este organismo destinó muchos más recursos económicos para la creación de academias de deportes que incluso no son olímpicos, como artes marciales mixtas, que a una Olimpiada Nacional, la cual casi está extinta.

Parece que en el deporte de nuestro país no se sabe ganar. Más críticas a quienes critican, que abrirse un horizonte, es la prioridad. Así que Alexa, si cobra o no por entrevistas, si la bullearon o no, es lo de menos. Lo importante es que hoy es una mexicana ganadora y digna medallista mundial de bronce en uno de los deportes donde menos se asoma la Conade, porque no es políticamente correcto. ¿Por qué? Porque no daba medallas. ¿Ahora qué harán?

Caótico VAR en la fecha 15. Hay una gran confusión, pero sobre todo, una gran ignorancia arbitral, para la aplicación del VAR. A Jorge Pérez Durán sí le solicitaron revisar la jugada de la falta de Sebastián Vegas sobre Julián Quiñones, el viernes en Morelia, porque se notaba que no era penalti; incluso, los que estábamos viendo el partido por televisión nos dimos cuenta de eso. Pero no, ¿cómo aceptar una equivocación? Y por eso se lo regaló a los Tigres.

Óscar Macías, en el América-Toluca, no tiene vergüenza y falta al valor ético de un profesional al no dejarse ayudar por el VAR, en la jugada donde Rodolfo Salinas comete una falta clarísima sobre Andrés Ibargüen. Era penalti, aunque después sí anuló correctamente un gol de los Diablos Rojos, por fuera de lugar, gracias a esta herramienta tecnológica.

Y lo de Francisco Chacón es peor. Aplica una roja directa a Cristian Calderón, cuando el jugador del Atlas ni siquiera toca a Luis Montes, del León. En la transmisión de televisión, se veía claramente que le decían que revisara la jugada, pero no tuvo la humildad para acercarse al monitor de apoyo, cometiendo otra injusticia grave en esta jornada.

Entonces, o los árbitros del VAR son malísimos y no tienen ni la más remorta idea de lo que es el futbol, o los que están en el campo no se dejan ayudar, siguen montados en su macho, aunque vayan contra los principios del arbitraje y no apliquen el VAR correctamente.

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