Para nadie en el gabinete de AMLO es un secreto la pésima relación que hay entre dos de sus integrantes, en detrimento del gobierno mismo y de los buenos resultados que el país espera de ellos. Pero la confrontación entre Rocío Nahle y Octavio Romero Oropeza crece cada día.

En la industria petrolera se la explican desde dos escenarios que se cruzan:

1. La secretaria de Energía está obsesivamente dedicada a sacar adelante, a cualquier costo, la casi incumplible promesa de construir en tres años y con una inversión de seis mil millones de dólares la nueva refinería de Dos Bocas; y al director de Pemex en la no menos obsesiva tarea de administrar correctamente a la petrolera para callar así la boca a quienes no dejan de acusarlo de inexperiencia.

2. Los dos funcionarios están enfrascados en una sorda lucha por el control total de Pemex y sus multimillonarios contratos.

Tanto Rocío Nahle como Octavio Romero tienen el apoyo del presidente, quizás el segundo un poco más por su añeja amistad. Ambos, en correspondencia, han dado abiertas muestras de su compromiso con él.

Por eso, y para llevar la fiesta en paz, han acordado que Romero atienda todo lo relacionado con exploración y producción; y Nahle lo relativo a la transformación industrial: refinación y petroquímica, entre otras actividades.

El acuerdo incluye no entrometerse en la designación de funcionarios, asignación de contratos y manejo del presupuesto, compromisos que la secretaria de Energía se resiste a cumplir, pues su objetivo es controlar también exploración y producción.

Dicen los que conocen ese tejemaneje que ella ha tenido que ver en las descalificaciones al director de Pemex Exploración y Producción (PEP), Miguel Ángel Lozada Aguilar, a quien el propio AMLO ordenó dejar el cargo por acusaciones de corrupción, pero que al cabo de algunos meses fue perdonado y mantenido en él, acaso por la influencia que el director general de la petrolera tiene en el ánimo del presidente.

Para ese tipo de maniobras, Nahle echa mano de su esposo José Luis Peña, ingeniero químico (como ella), jubilado de Pemex, quien hace funciones de consejero no oficial de la secretaria. A Peña le toca hacer los trabajos en lo “oscurito” como el más reciente: la designación de su amigo José Manuel Rocha Vallejo como director del Sistema Nacional de Refinación y el cese de su enemigo Jorge Humberto Freyre Rizo de la subdirección de Producción de Petrolíferos.

La forma de operar de Nahle —“como chivo en cristalería”, según fuentes de la industria petrolera— ya ha metido a AMLO en varios problemas, en un lapso muy breve y con altos costos políticos:

1. Nahle lo hizo comprometerse a entregar en tres años y a un costo de seis mil millones de dólares la nueva refinería, basada únicamente en la información que recabó durante la visita que realizó a la India el año pasado, y sin tomar en cuenta la existencia de diversos estudios que señalan lo contrario.

2. Fue ella, aseguran, quien le sugirió llamar hipócritas a las calificadoras, luego de que Fitch Ratings ajustara la calificación crediticia de Pemex.

3. También lo convenció de apoyar la iniciativa de reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos que propone otorgar al director general mayor poder en el control de la petrolera y que aumentó el nerviosismo de inversionistas y calificadoras.

4. Fue la secretaria de Energía la que determinó e hizo que AMLO lo anunciara en una conferencia mañanera, que solo fueran cuatro empresas las que, mediante invitación restringida, participen en la construcción de la refinería de Dos Bocas, pero investigaciones independientes concluyeron a los pocos días que todas tenían señalamiento de corrupción, lo que obligó al presidente a salir al quite y meter las manos por ella.

5. Pese a sus reiteradas declaraciones en contrario, la secretaria de Energía se tuvo que retractar públicamente, durante la reunión del US-México CEO Dialogue que se llevó a cabo la semana pasada en Mérida, de la cancelación de la Reforma Energética y de los contratos emanados de ésta.

Y 6. Nahle canceló la cumbre de la Alianza Energética México-Alemania por no ajustarse, dijo ella, a la nueva realidad energética del gobierno, lo que generó muy malos comentarios para AMLO a nivel nacional e internacional.


raulrodriguezcortes.com.mx
@RaulRodriguezC

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