Esteban Moctezuma, próximo secretario de Educación Pública, ha tomado una decisión coherente al nombrar a Ana Gabriela Guevara como la responsable del deporte en México para el periodo 2018-24, en el que encontrará durante el camino dos retos mayúsculos. El primero son los Juegos Olímpicos Tokio 2020 París 2024. El segundo es quitar la holgazanería del mexicano para hacer deporte; tiene que masificarlo de una buena vez y de verdad.

Aunado a estos dos grandes rubros, Ana sabe perfectamente bien de la corrupción que existe en la mayoría de las federaciones nacionales, ejercicio que intentó Alfredo Castillo, iniciando con gran poderío, pero se fue disminuyendo a través de los meses posteriores a los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.

Los señalamientos por parte de atletas son constantes. Y este nuevo Gobierno, que ha presumido que acabará con la corrupción en todos los sentidos, debe demostrarlo de inmediato. Por eso es una buena noticia la llegada de Ana a la Conade, porque —por primera vez en la historia del deporte mexicano— se puede vislumbrar que ejerzan una limpieza absoluta y evidencien a funcionarios, entrenadores, preparadores físicos, metodólogos... vaya, hasta a personal administrativo de federaciones que han sido mantenidas por dinero de usted y mío; es decir, del erario público.

El unir a los Institutos del Deporte estatales y hacer funcionar de verdad al SINADE (Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte), debe ser otro de los objetivos primordiales a cumplir por la nueva encargada del deporte mexicano. Es simple, si funciona el SINADE y camina correctamente, el deporte mexicano irá en crecimiento.

Pero no todo es alto rendimiento o búsqueda y preparación de futuras esperanzas de medallistas olímpicos, nuestro país necesita urgentemente la masificación del deporte, áreas destinadas para practicarlo y programas concretos para poder desarrollar y fomentarlo desde sus bases, trabajar transversalmente con el modelo académico, con la infraestructura escolar y ligas de colegios, preparatorias y universidades; integrarlos a un sistema de calendario deportivo nacional. Trabajar con voluntad y capacidad, junto con el Comité Olímpico Mexicano, federaciones e iniciativa privada.

Hay que olvidar grillas y protagonismos absurdos, buscar —después de haber posicionado al deporte en su masificación y en el sistema educativo— la creación de una Secretaría del Deporte, que tanta falta le hace a nuestro país.

Sus años como funcionaria pública y la experiencia que le dejó haber sido la mejor atleta en la historia de México, se deben reunir en su mente para poder ejecutar planes concretos y ver un país deportivamente activo, exitoso y que los índices de obesidad disminuyan con ella a cargo del deporte.

@gvlo2008

Google News