No reconocer a sus leyendas es un complejo. Directivos que piensan ser más importantes que los futbolistas es una constante en Chivas, la nueva víctima es Omar Bravo, simplemente ignoraron a su máximo goleador, ni un auditorio le prestaron para anunciar su despedida de las canchas.

Bravo marcó 160 goles como jugador del Guadalajara y la actual directiva desecha una petición para anunciar su retiro en el estadio de Chivas, en el patrocinado Akron. Otro más maltratado por la arrogancia y prepotencia con la que se maneja el equipo desde la ausencia de Jorge Vergara.

Bravo está al nivel de Salvador Reyes, incluso sólo lo supera por seis goles en la historia de este popular equipo. Cuando Vergara manejaba al equipo hizo que “Chava” Reyes jugara un minuto como titular en un partido contra Pumas, un homenaje muy digno para una de sus grandes leyendas. Hoy, ni los baños del estadio le prestan a Omar Bravo.

Por eso se fue al estadio Jalisco, donde los directivos deClubes Unidos de Jalisco, con clase y educación, le facilitaron el escenario. De un partido de homenaje, mucho menos, si no le tomaron la llamada, no se podría pensar que le ayudaran a ganar un dinero merecido para su adiós.

No es el primero mío será el último jugador legendario que sea maltratado por la actual directiva. A Ramón Morales lo corren por la puerta trasera, incluso le informa Efraín Flores que no entraba en planes y es cuando se va a Tecos a jugar y donde hipócritamente la directiva en el enfrentamiento entre estos dos equipos le hizo un homenaje forzado entregándole ante las cámaras de television un cuadrito bastante corriente.

Aaron Galindo fue otro, y claro que Adolfo Bautista otro y de los más sonados. El partido de despedida de Bofo lo organizó Misael Espinoza, no la directiva de Chivas, y fue el propio Adolfo que le pidió permiso a la directiva para utilizar la camiseta oficial del equipo, algo a lo que se negaron rotundamente en las oficinas. Ahí si fue Vergara quien lo negó y fue cuando Bofo diseño una camiseta con una especie de màscara de luchador que a la postre se convirtió en el logotipo e imagen de Bautista.

Lamentable que no se reconozca la labor de quienes realmente hacen el fútbol, no de directivos de cartón que lo único que saben hacer en este deporte es sumar y restar billetes para complacer a su superior, como ha sido en los últimos tiempos en el Guadalajara.

Omar Bravo está intentando organizar un partido de despedida, seguramente en el estadio Jalisco, bajo la promotoría de Joel Sánchez y con el equipo que actualmente maneja, Leyendas de Chivas. Con ex futbolistas del Guadalajara contra ex futbolistas de América es la idea para hacer un merecido homenaje e Bravo.

Esto no es novedoso en un equipo grande del fútbol mexicano. Cuando el América cumplió cien años y se dedicaron a hacer humildes y poco sentidos homenajes a ex futbolistas, las quejas fueron de la mayoría y el trato fue de segunda categoría. Varias estampas como la de Antonio Carlos Santos, un crítico del equipo pero una de sus mas importantes leyendas, el brasileño fue llevado a la fuerza al Azteca, tratado muy mal y prácticamente sin ganas le dieron su reconocimiento. Es decir, en muchos lados “se cuecen habas”.

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