El cambio climático es una realidad. Frenar el calentamiento del planeta es una cuestión de sobrevivencia. En esta lucha, el uso de energías limpias y renovables es central. Existe ya la tecnología para aprovechar la luz solar, el agua, el viento, las mareas y hasta diferentes formas de biomasa para generar electricidad. México forma parte, junto con otros 195 países, del Acuerdo de París para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Emplear energías limpias es central para cumplir con las metas de este acuerdo.

Estas fuentes de energía, además de tener un impacto menor en el medio ambiente, son renovables. No depender de un recurso que eventualmente se agotará, como el petróleo, es estratégico y forma ya parte de la agenda para garantizar la seguridad energética en muchos lugares del mundo.

Están también las ventajas económicas. A finales de 2017 la doctora Karla Cedano hablaba, como responsable administrativa del Centro Mexicano de Innovación en Energía Solar, de los bajos costos de mantenimiento y operación y las altas tasas de retorno para los inversionistas en energía fotovoltaica. Decía que era una apuesta a largo plazo muy favorecedora para el país.

La meta planteada en aquel entonces era generar el 35 por ciento de la electricidad con fuentes de energía limpias. La Asociación Mexicana de Energía Eólica esperaba triplicar la capacidad de producción para el 2022 a través de los proyectos desprendidos de las Subastas de Largo Plazo con proyectos privados. Ha pasado poco más de un año y la apuesta parece haberse esfumado.

Se canceló la cuarta subasta eléctrica de largo plazo, que permitiría a la Comisión Federal de Electricidad y a productores privados generar energías limpias. El Centro Nacional de Control de Energía dijo que fue por consideraciones técnicas, económicas y de planeación. Las casi 30 empresas que cumplían con los requisitos han quedado descartadas.

También en días anteriores, la CFE canceló la licitación de una línea de transmisión directa de alto voltaje que llevaría la energía generada desde el Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, hasta el centro del país. Está claro que aumentar la capacidad de generación de energías limpias no es una prioridad para el gobierno.

HUERFANITO. Se calcula que la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco costará cerca de 8 mil mdd. El encargado de la obra no se definirá a través de una licitación abierta. ¿El argumento? Evitar la participación de empresas extranjeras con antecedentes de corrupción. Ahí no aplican consideraciones técnicas, económicas o de planeación. Se hace porque se hace.

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