“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas” Albert Camus

Algo no va bien en nuestro karma, es como una de esas rachas en donde todo va mal pero, aún así, nos aferramos a la soberbia de mirar para otro lado, de negar la realidad a punta de optimismos sin sustento.

Mire el sector que se le antoje, hay pérdidas por todos lados, baja el turismo, baja la productividad, baja el empleo, bajan los contrapesos democráticos, baja la seguridad, baja el cuidado del medio ambiente, baja la confianza, baja la armonía, baja la tolerancia, bajan las perspectivas de crecimiento, baja la calidad en la educación, baja la demanda y la defensa social por una prensa libre, baja todo… Baja el país.

El extremo pesimismo no nos llevará a ningún lugar pero tampoco lo hará taparnos los ojos ante los focos rojos y las alertas que inundan el país.

No todo es responsabilidad de la Cuarta, no todo es responsabilidad de López Obrador y de su populismo demagógico y extremo, el otrora sistema le falló al país al grado de la desesperación, ese “neoliberalismo” se convirtió en una maquinaria corrupta y sorda que ignoró su propio desastre, que omitió la miseria porque, simplemente, se negó a verla, no había opciones, ¿cómo puedes confiar en tu verdugo cuando simplemente se ha cambiado el color de la careta?

Evidentemente, nos enfrentamos a un cambio de régimen, a un cambio de arquetipos, de paradigmas políticos, económicos y sociales arraigados por décadas y arrancados en meses hasta el punto de su destrucción.

Quedarnos callados e indignados no resolverá absolutamente nada, como tampoco lo hará pensar bajo la lógica del pasado: nuevos tiempos es igual a nuevas reglas y nuevas estrategias.

Los nuevos tiempos y las nuevas reglas y las nuevas estrategias, empero, deben siempre responder a los principios democráticos, a la construcción de contrapesos efectivos y al debate de altura. La democracia no es la oclocracia, la democracia se construye todos los días en libertad, sin enconos, con la seguridad de la ley en la mano.

Los verdaderos liberales, los verdaderos demócratas parece que siguen bajo el shock de los treinta millones de votos, arrinconados con la cola entre las patas y bloqueados ante el pavor del ridículo.

Mientras tanto, hay sesenta millones afuera que no están de acuerdo con lo que pasa y que no buscan un partido sino un movimiento que los represente.

Pero… nadie los escucha.

De Colofón

Tuvieron que pasar 44 años en Oaxaca para lograr un acuerdo entre las comunidades de Tamazulapam del Espíritu Santo y San Pedro y San Pablo de Ayutla, el conflicto venía por el control del manantial Meejy Ajpy, la solución vino por la mediación del gobierno de Murat y se acordó instalar una tubería que dote de agua a ambas comunidades… Solo hacía falta un poco de empatía.

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