Esta semana impartí el Taller de Imagen Profesional a estudiantes de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (entre 19 y 22 años de edad). Me interesaba acercar este tema a los jóvenes, pero creí que no les llamaría la atención, porque se ha extendido la idea de que los estudiantes no están interesados en verse bien y que rechazan, incluso, las normas más básicas de protocolo social.

Pero estaba equivocado. Entre los jóvenes que están por terminar su carrera profesional hay mucho interés por la imagen profesional y el interés surge del desconocimiento, de la falta de habilidades para enfrentarse al mundo profesional.

Tienen miedo de hablar en público, no saben cómo dirigirse a sus superiores, tienen pocas habilidades para interactuar con otras personas, no saben cómo vestirse adecuadamente y la más básica: nadie les ha dicho cómo enfrentarse a la primera entrevista de trabajo.

Cuando empecé a hablar con ellos me lo dijeron todo: el 90 por ciento admitió que asistió al taller porque el nombre llamó su atención, porque de imagen poco saben y sienten la necesidad de aprender, especialmente porque varios están a punto de terminar su carrera.

Como era de esperarse el tema llamó mucho la atención de los que estudian Ciencias de la Comunicación, pero no es privativo de este perfil profesional. Al taller llegaron estudiantes de Ciencias Químicas, pscicólogos, ingenieros y enfermeras.

Para alcanzar objetivos en el ámbito profesional es necesario ser talentoso, tener una buena reputación, pero también proyectar una buena imagen.

Muchos creen que basta con tener talento para triunfar en la vida, pero no es así. El talento debe entenderse como consistencia, es decir, que lo que haces lo hagas bien siempre, no solo una vez, según afirma Gabriel González-Molina, experto en talento humano.

Para ser más claro. Si quieres descubrir tu talento el autor sugiere preguntarse: ¿qué puedes y qué sabes hacer mejor que otras diez mil personas?

En segundo lugar viene la reputación. Uno puede tener talento para muchos temas, pero si un día lo haces bien y al siguiente te da flojera, entonces, lo más probable es que tengas una mala reputación. Tienes talento, pero reputación negativa.

A lo largo de mi carrera profesional me he encontrado a periodistas muy talentosos, pero con una pésima reputación. Tienen talento, pero le pensaría dos veces antes de recomendarlos para un puesto laboral.

Y aquí viene el tema que más me apasiona. Uno puede tener talento y buena reputación, pero si no transmite una imagen acorde a sus objetivos, el talento y la reputación sirven de poco.

¿Por qué? Porque el talento no se ve a simple vista y a las personas se les juzga por cómo se visten, cómo hablan, sus gestos, ademanes y su comportamiento. En resumen, la imagen está compuesta por la comunicación, el comportamiento y la vestimenta.

Alejandro Llantada lo explica perfectamente en su obra, “El libro negro de la persuasión”, al señalar que “la influencia del atractivo físico en las relaciones sociales queda de manifiesto cuando las personas consideradas más atractivas tienen más acceso a ciertos lugares, a ocupar posiciones de liderazgo dentro de un grupo y a ser juzgadas más favorablemente”.

Y el atractivo físico no tiene que ver sólo con la forma del cuerpo. El mismo autor dice que “radica en cuestiones tan sutiles como el tono de voz, el aroma, la altura, los movimientos, la personalidad, el sonido de una risa”.

De aquí la importancia de proyectar una imagen profesional adecuada. Si eres líder en tu trabajo no basta con tener el nombramiento, debes parecerlo. Si eres enfermera debes parecerlo, si eres ingeniero debes parecerlo.

Fondo y forma tienen la misma importancia. Lamentablemente en las aulas no se forma a los jóvenes para mejorar sus habilidades sociales, hablar en público o vestirse adecuadamente. Las habilidades de comunicación y la imagen pública son asignaturas pendientes en los planes de estudio.

Hace un año, un alumno de la carrera de Ciencias de la Comunicación me dijo que lamentaba que estos conocimientos no se impartieran a los estudiantes de otras carreras, como las ingenierías. Yo también lo lamento.

Twitter: @carlitosbernal

Google News