En el gobierno de López Obrador existe extrañeza por la impunidad con la que durante años pudo operar, en los límites entre Veracruz e Hidalgo, una de las bandas más poderosas ligadas al tráfico ilegal de combustible. Se trata del grupo La Sombra, que nunca estuvo sometido a los grandes cárteles que dominan el negocio. Se presume que sus jefes eran de otro tipo; políticos y policiacos, para más precisión.

El pasado lunes 21, unas horas después de la tragedia de Tlahuelilpan, el aparente líder de esa banda, La Parka (la autoridad lo refiere como “J.C.C.Z.”, o como “Julio César Z.”), fue sujeto a una breve persecución cuando estaba acompañado por un solo escolta. Le dieron alcance y resultó ejecutado a bordo de su vehículo. Un destino apenas a la altura de un sicario de poca monta.

Es un enigma para funcionarios judiciales, federales y estatales, por qué se produjo así, y justo en esa fecha, la muerte de un hombre que había resistido, a sangre y fuego, incursiones en su zona por parte de los sanguinarios cárteles Jalisco Nueva Generación, su derivación Los Matazetas; El Golfo y Los Zetas mismos. Dicho en términos coloquiales: ¿Quién dejó morir solo a La Parka?

Con horas de diferencia, otro dos cabecillas del llamado huachicol también resultaron acribillados, “Uriel N” y Flavio Alberto, El Vikingo. Con ello, el mercado del saqueo de combustible en la región Veracruz-Hidalgo parece reorganizado bajo coordenadas difíciles de trazar por ahora.

El siniestro telón de fondo de estas ejecuciones es la explosión que en Tlahuelilpan atrapó a una multitud tres días antes. Según fuentes consultadas por este espacio, la cifra oficial de víctimas mortales rebasará las 200, pues muchos de los heridos no lograrán sobrevivir y hay medio centenar de cuerpos calcinados sin reconocer.

Es conocido que esta semana el nuevo fiscal general, Alejandro Gertz Manero, hará oficial un golpe importante a las bandas de huachicoleros. Se espera que en realidad suponga una acción a la medida de las expectativas despertadas por la administración López Obrador y en la dimensión que supone ya la tragedia citada.

Quizá el señor fiscal pudiera aprovechar para explicarnos a todos por qué La Parka fue detenido al menos en dos ocasiones en los últimos años, pero más tardó en pisar la cárcel que en volver a salir. Así sucedió a finales de 2011, cuando fue arrestado por la Marina, y otra vez apenas en octubre pasado, por conducto de policías estatales de Veracruz.

Nos aseguran que alguien muy bien enterado del expediente respectivo es el señor Alberto Elías Beltrán, hasta el pasado 1 de diciembre encargado de despacho en la Procuraduría General de la República y parte de un compacto y poderoso grupo de funcionarios que incluyó a Alberto Bazbaz, primero titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y luego director del Cisen, así como a Humberto Castillejos, ex consejero jurídico de la Presidencia y muy influyente operador en los ámbitos judicial y político.

Apuntes: En tres semanas deberá conocerse la terna de aspirantes a relevar a la ministra Margarita Luna Ramos, quien el 19 de febrero concluye su encomienda en la Corte. Habrá tres candidatas, todas mujeres. En orden de sus posibilidades de ser electas por el Senado: Yazmín Esquivel Mosa, presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo de la ciudad de México; Loretta Ortiz, académica especializada en derechos humanos. Para el tercer lugar se menciona lo mismo a Leticia Bonifaz, ex consejera jurídica capitalina, que a la magistrada Paula García Villegas Sánchez Cordero.

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