Con la frase: “Mi agradecimiento a las benditas redes sociales”, Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (la noche del domingo primero de julio, en su primer discurso como virtual triunfador en las elecciones presidenciales), destacó la importancia de las redes sociales en el sentido del voto de los mexicanos. Efectivamente, Internet y las redes sociales tuvieron un rol protagónico en las campañas.

En México, las redes sociales han alcanzado una gran penetración. De acuerdo con Statista, México es el quinto país con el mayor número de usuarios de Facebook. Los mexicanos dedican considerable tiempo a estas, particularmente los jóvenes (véase el 14 estudio Hábitos de Internet en México 2018, de la Asociación de Internet.MX).

Para no pocos jóvenes mexicanos, Internet y las redes sociales son el principal medio informativo por lo que les dedican mayor tiempo a estos que a ver televisión, que les resulta aburrida y, si llegan a verla, no necesariamente recurren a la televisión abierta. Además, mientras ven televisión, realizan otras actividades en Internet a través de sus teléfonos celulares. Es posible afirmar que en años recientes la sociedad mexicana a conseguido emanciparse de las obsesiones y fatalidades dichas por Giovanni Sartori.

A pesar del referido elogio a las redes sociales, en realidad AMLO fue blanco de una intensa campaña de propaganda negra, que se extendió a las redes sociales e Internet.

En la furiosa ofensiva contra el candidato se ensayó de todo, desde la conocida práctica de recurrir a bots y trolls; la aparición de sitios web espurios que en días recientes fueron desactivados; los videos difamatorios en YouTube como “El cielo y el infierno de AMLO”; páginas en Facebook que fueron contratadas para pretender viralizar noticias falsas, como Amor a México; páginas web que afirmaron haber realizado investigaciones periodísticas “inéditas” para “presentar al verdadero Andrés Manuel López Obrador”, como PejeLeaks. Un gran presupuesto fue destinado a estas maniobras.

Además, en las calles fueron distribuidos volantes apócrifos para golpear al Movimiento Regeneración Nacional (Morena), atribuyéndole la intención de afectar las creencias religiosas de la mayoría de los mexicanos, o bien, la disposición a implantar medidas similares a los gobiernos latinoamericanos de Cuba y Venezuela.

Desde el 1 de abril, fue posible advertir que al googlear palabras como “AMLO México”, “Anaya México”, “Margarita Zavala”, “Calderón Zavala”, el primer resultado destacado era el sitio web de José Antonio Meade, el candidato de la Coalición Todos por México a la presidencia. Alejandra Lagunes Soto Ruiz, quien fuera Coordinadora General de la Estrategia Digital Nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto, fue la directora de las redes sociales de José Antonio Meade.

En 2011, cuando ella manejó las redes sociales de Eruviel Ávila como candidato del PRI al gobierno del Estado de México, fue realizada una operación similar para anular a los candidatos del PAN, Felipe Bravo Mena, y del PRD, Alejandro Encinas.

Alejandra posteriormente asumió la dirección de las redes sociales de Peña Nieto. En esa campaña fue recurrente el empleo de bots y trolls. Andrés Sepúlveda, afamado hacker colombiano, realizó graves revelaciones sobre las operaciones de ciberespionaje que realizó para Peña Nieto en su campaña en pos de la presidencia, en 2012.

El costoso repertorio de operaciones en materia de propaganda negra no dio resultado. En esta ocasión fue mejor el empleo propositivo de Internet. En ello, Tatiana Clouthier dictó cátedra. Además, tenemos que reconocer a los millones de mexicanos que rechazaron vender su voto. Esperemos queden muy atrás la propaganda negra y la conocida “ley del Tianguis”.

Google News