La capacidad lectora es una de las más importantes que desarrollamos desde pequeños. El sistema educativo se preocupa porque desde los primeros niveles de enseñanza se adquieran las habilidades de lectura y escritura, sin embargo, el esfuerzo no ha tenido los resultados esperados.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía cuenta, desde 2015, con un Módulo sobre Lectura, cuyo objetivo es reunir información acerca de los hábitos lectores de los mexicanos mayores de edad, y con base en los resultados, fomentar el aumento de esta actividad.

Los últimos resultados presentan cifras a febrero de este año y se actualizaron en su portal de internet en abril. Para tales mediciones se contemplan diversos materiales de lectura: libros, revistas, periódicos, páginas de internet, etc. Se estudian también el tiempo dedicado a leer, el lugar donde se hace, los motivos, y otros factores. Uno de los datos más importantes refleja que de 2015 al 2018 el porcentaje de lectores se ha reducido, cuando se esperaría lo contrario.

La población con niveles más altos de educación es la que más tiempo dedica a la lectura. Más de la mitad de los encuestados comprenden la mayor parte de lo que leen, pero solo un bajo porcentaje entiendo todo el contenido de la lectura. Y la relación de libros leídos y el nivel de educación también varía. Los que tienen estudios superiores leen más libros, mientras que los que cuentan con educación básica leen otros materiales.

Una de las principales razones que se dan para no leer es la falta de tiempo, comparada con la falta de dinero, que fue una de las opciones menos seleccionadas en la encuesta. Esto es interesante, pues el soporte más consumido es el impreso, y la industria editorial produce materiales que no suelen ser accesibles para todos.

Para 2013, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas contaba con 7363 bibliotecas. Sin embargo, no son suficientes para acoger a la mayoría de la población, que, por su parte, no suele visitar ni librerías ni bibliotecas. Si se hace un cálculo entre el total de los mexicanos, resultaría en una biblioteca por cada 17000 habitantes. No se hable de librerías, que cada vez son menos.

Muchas instituciones de educación y cultura se esfuerzan por promover la lectura. En todo el país se llevan a cabo ferias del libro, presentaciones editoriales, festivales. La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (próxima a llevarse a cabo) es una de las más sonadas y concurridas en el país, como la del Palacio de Minería en la Ciudad de México. En nuestra ciudad se realizan en estos días la Feria del Libro Infantil y Juvenil, el Encuentro de Poetas del Mundo Latino y el Picnic Literario Nocturno en el Museo Leonora Carrington para conmemorar el Día Nacional del Libro.

Acciones hay muchas, así como lectores potenciales. Solo hay que encontrar la estrategia adecuada para engancharnos de por vida a una de las actividades más enriquecedoras: leer. La lectura no es necesariamente una actividad en solitario. Aunque se guste de hacerlo por cuenta propia, nos une de formas íntimas a otras personas y engrandece nuestras experiencias culturales y sociales. En realidades cada vez más difíciles de enfrentar, un libro será siempre nuestro mejor aliado para llevar el día a día.

Los resultados del estudio del MOLEC se pueden encontrar en el siguiente enlace: http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/proyectos/enchogares/modulos/molec/2015/doc/resultados_molec_feb18.pdf

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