La distracción natural que da el entrenamiento de 24 jugadores, como seleccionados nacionales, y el ver a Gerardo Tata Martino dirigiendo por primera ocasión, no debe afectar a muchos equipos que pueden marcar su camino en el Clausura 2019.

Chivas, un conjunto que ha mostrado incapacidad gigantesca para poder ganar un partido, debe reafirmar ante Atlas lo que tanto presumió en las primeras jornadas. Clásico tapatío en el que —para como están los dos— sí se ve la balanza inclinada hacia los Rojinegros.

Este partido y el Clásico Nacional, contra América, marcarán el destino de José Saturnino Cardozo, porque —de perder ambos—, más allá de que seguramente estaría fuera de zona de clasificación, sería imperdonable para quien entiende lo que representan estos dos rivales. Además, según las palabras de José Luis Higuera en ESPN, el regreso de Jorge Vergara será en marzo, tras un “año sabático”. Así lo manifestó el directivo del Guadalajara.

Las más grandes y agradables sorpresas de la temporada, después de un tercio jugado, son —sin duda— Atlas, pese a la derrota ante Puebla, y Necaxa. Así que deben mantener el inicio de ese camino para dar mayor credibilidad a sus proyectos, tanto el de Guillermo Hoyos, como el de Guillermo Vázquez.

Bruno Marioni tomó a los Pumas para sacarlos de una depresión post goleada con el América y el domingo será su primera gran prueba para que haga entender a los universitarios si es parte de la solución o si sólo es parte de una venta de humo inicial, apapachando a jugadores que eran desdeñados por David Patiño, como se documentó en estas mismas páginas. El hartazgo de futbolistas, ante la pasividad de Patiño, le abrió la puerta a un hombre como Marioni, quien —si no demuestra que es capaz de ganar y humillar al más odiado rival— terminará como una buena anécdota, porque sólo le habría ganado a un desangelado y deprimido Querétaro.

Para ser entrenador de los Pumas no basta con ganarle a equipos hundidos en el fondo de la tabla. Es el torneo entero el derrotar al América.

Y del actual campeón, solamente que Miguel Herrera comprenda que no por ser la novedad, Nicolás Castillo es la solución. Si piensa que el chileno le resolverá la irregularidad futbolística, está muy lejos de la realidad, y la prueba más palpable fue que logró el último campeonato sin alguna figura mediática en el campo, más que el juvenil Diego Lainez y Oribe Cepillo Peralta.

Debe tener el equilibrio que no encontró contra León, porque se vio a un equipo desparramado al frente, lo que hizo rememorar al Herrera de los Rayados del Monterrey: muy echado para adelante, pero con pocos argumentos futbolísticos.

Marcarán la liga estos dos enfrentamientos, sin duda, así que el Tata Martino debe estar tranquilo, porque tendrá dos días más de atención, pero todo se centrará en los clásicos regionales.

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