Hace un par de días relaté en este espacio que, después de perpetrar la salvaje matanza del viernes 14 de septiembre en la Plaza Garibaldisicarios disfrazados de mariachisescaparon en motocicletas que los esperaban en República del Perú.

Las cámaras de la ciudad registraron el paso de los asesinos, que habían dejado once personas tendidas frente a una “chelería” de la plaza, por calles del Centro Histórico y la colonia Guerrero.

Relaté que, en este último punto, los sicarios se perdieron de vista, y que existían testimonios que indicaban que la Unión Tepito poseía en dicha colonia diversos predios en los que sus miembros guardaban sus motos y sus autos, en los que planeaban sus actividades delictivas, y en los que efectuaban el reparto de sus ganancias.

Según los vecinos de la Guerrero, la Unión se apoderó de la mayor parte de esas propiedades mediante la invasión y el despojo. Los dueños las habían perdido prácticamente a la vista de las autoridades (patrulleros, etcétera), y nadie había movido un dedo para impedirlo.

El día en que la columna fue publicada, vecinos de esa colonia acercaron al columnista un listado explosivo.

Lo que en ese rumbo de la Ciudad de México todos conocen: los domicilios de la Unión Tepito.

De acuerdo con grupos vecinales, las direcciones fueron entregadas a autoridades capitalinas cuando las ejecuciones y los descuartizamientos que involucran a la Unión Tepito y a su grupo rival, la Fuerza Anti-Unión, iban en ascenso. No sucedió nada.

Los vecinos las entregan a este espacio con la esperanza —“nada más”— de que sean investigadas.

El listado, que incluye fotografías de los inmuebles —en las que algunas veces aparecen jóvenes en actitud de custodiar las propiedades—, fue verificado ante una organización no gubernamental dedicada a la seguridad. La mayor parte de los domicilios contenidos en la lista habían sido reportados alguna vez ante dicho organismo.

En la lista aparece una construcción de dos pisos con la fachada pintada de naranja y rojo. Está en Sol 91, colonia Guerrero y según los vecinos “se la quitaron al dueño bajo amenazas de muerte”.

Los viernes y sábados, miembros de la Unión han sido vistos en ese sitio “repartiendo armas”.

Aparecen también los siguientes
domicilios:

Sol 88.

Sol 102.

Sol 174.

De acuerdo con el documento, en dichos inmuebles los miembros de la Unión “hacen reuniones”, “guardan los vehículos” y “por las noches se observa la presencia de hombres armados”.

En Sol 88, prosigue el documento, “invariablemente” hay fuerte presencia de gente de la Unión. Desde ahí se vigila un predio que se encuentra en la esquina de Sol y Soto, y al que, antes de ser detenido, solía ir con frecuencia el líder del grupo criminal, Roberto Moyado Esparza, alias El Betito.

En Sol 102, sigue la lista, hay un amplio terreno bardeado. El muro está pintado de rojo intenso. El predio cuenta con un portón metálico de color azul. Los vecinos aseguran que ahí “se guardan los vehículos” del grupo criminal.

El dato podría ser relevante porque la noche en que la que ocurrió la masacre en la Plaza Garibaldi —viernes 14 de septiembre— los mariachis asesinos desaparecieron del escrutinio de las cámaras precisamente en la calle de Sol.

El documento informa que en Sol 174, también de manera invariable, hay jóvenes que vigilan el acceso al domicilio.

La lista se completa con un domicilio ubicado en Félix Gómez 51, esquina con calle Los Ángeles. Se trata, al parecer, del domicilio que habitaba Verónica “N”, alias La China, hermana de El Betito, detenida el 17 de septiembre pasado.

“Las autoridades tienen estos datos”, sostienen los integrantes de organizaciones vecinales. “Es incomprensible que no hayan actuado”.

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