Si Cruz Azul desea ganar el título y romper con esos 21 malditos años sin conseguirlo, tiene que pegar fuerte esta noche en el Estadio Azteca.

Sea como sea, con el estilo defensa/contragolpe que ha dominado Pedro Caixinha a lo largo del torneo, o presionando fuerte al equipo dirigido por Miguel Herrera en busca del error, los cruzazulinos necesitan sacar una ventaja importante, dar un golpe de autoridad en esta final, que para toda su afición es la oportunidad perfecta para sacudirse una terrible época de fracasos.

Y ante eso, Herrera tendrá que ser muy hábil al momento de descifrar lo que le presente Caixinha sobre la cancha.  Si recordamos el partido de la fase regular del torneo —que terminó empatado sin goles—, el América mostró mayor intensidad en los primeros 15 minutos, pero no fue contundente y poco a poco, el Cruz Azul se hizo de la posesión del balón, fue construyendo algunas opciones, aunque sus atacantes tampoco fueron certeros al momento de estar frente al arco de Agustín Marchesín. 

Esta noche, los cruzazulinos no pueden fallar sus remates a portería. De hacerlo, de no conseguir una ventaja en el global de cara al partido del domingo, la presión psicológica que vivirán para ese último encuentro del torneo, en el que se define al campeón, sería mucho mayor. Así que si se pueden evitar vivir esa situación sería lo mejor que pudieran hacer.

Hay que reconocer que los futbolistas del Cruz Azuldominan la manera en que su técnico plantea los partidos, mientras que los americanistas suelen caer en cierta anarquía futbolística, que los ha comprometido por momentos durante sus enfrentamientos.

Y esa es la principal necesidad del América, terminar con esos momentos de descontrol táctico en busca del título que les permita ser el club más ganador en la historia profesional del futbol mexicano, con 13 campeonatos, lo que dejaría en 12 al Guadalajara, que por ahora prepara su participación en el Mundial de Clubes.

Una victoria, esta noche, de los de Coapa —aquí sí no importa la diferencia—, sería un golpe al ánimo que se ha construido entre el plantel y los aficionados cruzazulinos, quienes hacía tiempo no tenían bases tan sólidas para mantener la ilusión por salir campeones.

Pero para conseguir esa ventaja, Miguel tiene que lograr que su equipo trabaje al mismo nivel, parejo, porque cualquier bajón en alguna de sus líneas puede ser la diferencia ante un rival acostumbrado a eso, a  aprovechar los errores de sus rivales, como ocurrió en sus series ante Querétaro y Monterrey, por los cuartos de final y semifinales, respectivamente.

Se espera un duelo sumamente táctico por parte de los entrenadores y tenso por los jugadores.  Se espera que sea una buena final, disputada. Ojalá no nos equivoquemos quienes pensamos que será una gran serie, en la que Cruz Azul necesita pegar fuerte desde el partido de ida para despejar todas las malditas dudas respecto a si este plantel y su cuerpo técnico tienen la capacidad para manejar la tensión alrededor de la posibilidad de ganar el título 21 años después.

@gvlo2008

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