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Tiempos complicados, momentos de post-verdad.

 

Vivimos en la era de la desinformación, de la manipulación macabra y ruin de la noticia por intereses mezquinos. Ha llegado la hora, para muchos, de tragar sapos sin hacer gestos, a costa de su supervivencia.

Me extrañó leer aquí, hace unos días, a Javier Tejado, un hombre al que respeto como un experto en temas de telecomunicación, un alto ejecutivo de Televisa que parece ha caído en la epidemia de post-verdad.

Tejado infirió que la periodista Carmen Aristegui habría sido despedida de MVS a cambio de prebendas y beneficios del anterior gobierno que sumarían más de 6 mil millones de pesos.

De entrada, resulta curioso el silencio que otrora guardó ante la salida de Televisa, en enero de 2017, de los programas, entre otros, de Brozo o de Adela Micha que por aquellas fechas resultaron incómodos para el régimen del ex presidente Peña Nieto y de las “razones comerciales” detrás del asunto.

Quizá, una de las “razones comerciales” de las que nunca habló, partan del hecho que Televisa recibió 9,070 millones 455 mil pesos en pautas publicitarias del gobierno peñista durante todo el sexenio, casi el doble de lo contratado en la administración de Calderón.

Sí, Televisa fue, por mucho, la empresa más beneficiada durante el régimen, de hecho MVS obtuvo menores ingresos por publicidad gubernamental que ocho empresas de medios, entre televisoras, radiodifusoras y periódicos que recibieron sumas mucho mayores.

Además, en afán a la transparencia que argumenta Tejado, y de la que soy partidario, valdría la pena aclarar, y en su caso transparentar, las denuncias realizadas por periodistas que hoy son funcionarios activos en la administración en torno a jugosos contratos que, mediante empresas paralelas, habrían recibido ejecutivos de la empresa.

Televisa, preponderante en radiodifusión, dominante en tv de paga, ¿y sin ninguna medida asimétrica?

Más allá de la literatura de ficción, que no se le da bien a Tejado, habrá que analizar a detalle cuál fue, verdaderamente, la empresa consentida y beneficiaria al amparo del poder en los últimos seis años.

Como experto en el área de telecomunicaciones, repleta de complicaciones legales, me sorprende la omisión del contexto en la historia de MVS en la televisión abierta, particularmente, el hecho de que hace 19 años, en 2000, tanto MVS como Televisa recibieron un canal UHF codificado como arreglo a una larga controversia. Después, durante el sexenio de Calderón, el secretario de Comunicaciones, Molinar Horcasitas, recuperó el espectro de ambos canales, MVS impugnó el acto y luego de muchos años recuperó el canal a través de una sentencia favorable en la Suprema Corte.

Televisa se durmió en sus laureles, perdió el canal y hoy parece operar en su afán monopólico. Sí, son otros tiempos: los de la añoranza del pasado.

El tema de la contraprestación recibida por MVS ha sido aclarado desde hace mucho, es una noticia muy vieja y su venta un asunto entre particulares. Lo nuevo, es que ni sumando los 6 mil millones que argumenta Tejado beneficiaron a MVS, se alcanzarían los 9 mil millones que Televisa recibió, esos sí íntegros, del gobierno Peñista.

Tiempos raros, de tragar sapos, de validar la post verdad, de creer ciegamente en aquello que decían de las camionetas de televisoras que cargan drogas y dinero por Centroamérica, son los tiempos de la víscera sobre la razón.

De Colofón: ¡Vaya paradoja!, el que ha burlado siempre la más evidente regulación, la pida ahora para los competidores Disney Fox.

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