La madre de Jorge duda enviar al muchacho el próximo ciclo escolar para que estudie secundaria. Hasta noviembre del año pasado, sus cuatro hijos recibían apoyo del programa Prospera, para educación y salud, pero desde que comenzó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador tales apoyos se extinguieron.

Corre en la comunidad de Potrero de San Diego, Municipio de Villa Victoria, el rumor de que esas becas no van a volver y por eso los padres están considerando enviar a sus hijos de doce años a trabajar en el campo en vez de que vayan a la escuela.

En todo el país, son muchas familias las que están desorientadas porque, a pesar de que las nuevas reglas de operación del programa Prospera –recientemente denominado Becas para el Bienestar Benito Juárez– se publicaron en febrero de este año, nadie ha hecho un esfuerzo serio para que la información llegue hasta los hogares beneficiados por este apoyo dedicado, desde hace 24, a la inclusión social.

El jueves 4 de octubre de 2018, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador prometió, durante un acto público en el estado de Morelos, que el programa Prospera iba a continuar:

“¿Ya ven que decían que si ganábamos se iba a quitar? … No se va a quitar ningún programa social. Al contrario, va a haber más programas sociales.”

Al paso del tiempo esta promesa no se ha cumplido. Prospera dejó de operar desde enero y las becas Benito Juárez para educación básica no se han echado a andar; peor aún, cuando tal cosa ocurra los niños menores a cinco años habrán quedado fuera del esquema de cobertura porque los apoyos en materia de salud fueron cancelados de manera definitiva.

Lo que está sucediendo es una tragedia para alrededor de 6 millones de familias cuyos ingresos dependían en forma importante de Prospera. De la noche a la mañana, sin advertir nada, se cerró la llave para los más pobres de México. Falso que sean los primeros, por el bien de todos.

Los niños más desfavorecidos y sus familias están experimentando un momento ingrato para el que no pudieron prepararse.

Explica Leticia Ánimas Vargas, coordinadora nacional de Becas del Bienestar Benito Juárez, que los apoyos de Prospera se suspendieron porque las personas que levantaron el nuevo padrón de beneficiarios –conocidas como los Servidores de la Nación– descubrieron que había un tercio de familias inexistentes.

Es difícil aceptar este argumento cuando el Sistema de Información Social Integral que contenía los listados de Prospera era uno de los mejor auditados del país.

Con todo, suponiendo si conceder que fuesen falsas, una de cada tres familias empadronadas, por qué castigar a los otros dos tercios, suspendiendo de golpe los apoyos.

¿Qué no podía auditarse el padrón sin retirar los recursos? ¿No será que los Servidores de la Nación, por novatos, hicieron mal su levantamiento? ¡Que sobre su consciencia caiga este ingrato recorte!

El gran desafío para la coordinación de becas Benito Juárez será inscribir a sus 24 millones de beneficiarios, de aquí al próximo ciclo escolar, para que los niños como Jorge, no vayan a abandonar la escuela, por una información equivocada.

En lo que de plano si mintió el presidente al decir que Prospera iba a continuar es en el ramo de la salud. Si bien la suspensión de las becas educativas podría ser visto como un intermedio de seis meses –mientras se reajusta el padrón– en lo que toca a los servicios de salud Prospera quedó sepultado por las nuevas reglas de operación.

Además de los apoyos educativos, antes los niños más pobres de nuestro país, de cualquier edad, recibían un apoyo económico significativo a cambio de que sus madres los llevasen a ver al pediatra con regularidad para dar seguimiento a sus vacunas, nutrición y estado general de salud.

Pues este apoyo sí se acabó. No regresará en septiembre, ni después. A partir de ahora solo los niños escolarizados serán susceptibles de obtener una beca Benito Juárez.

Es decir que alrededor de un millón y medio de niños, de entre los cero y los cuatro años, que hasta el año pasado recibían apoyo de Prospera, no serán elegibles bajo el nuevo sistema.

ZOOM: Había políticas equivocadas antes de que Andrés Manuel López Obrador se colocara la banda presidencial, pero Prospera no era una de ellas. Miente el gobierno cuando afirma que era un programa corrupto que se utilizaba con propósitos electorales. Aunque se trate de la Cuarta Transformación, las personas más pobres de nuestro país no merecen ser tratadas con tan injusto menosprecio.

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