Los perros rara vez son reconocidos en los museos y a lo sumo eventualmente consiguen lugar junto a personalidades famosas. Pero el Museo del Perro, que se inaugura este viernes, les brinda el papel protagónico, a la medida de una ciudad donde a menudo son tratados como reyes.

El nuevo museo, financiado por la asociación profesional de criadores American Kennel Club, que organiza anualmente en esta temporada el famoso concurso de belleza canina Westminster Dog Show, presenta más de 2 mil pinturas, fotos, esculturas y otros objetos dedicados a los perros.

Entre los homenajeados figuran los fieles compañeros de presidentes estadounidenses. Como la pintura de "Millie", el springer spaniel inglés de George y Barbara Bush. O un lienzo conmovedor titulado "Silent Sorrow", que ilustra la tristeza del fox terrier del rey Eduardo VII después de la repentina muerte de su amo inglés en 1910.

El nuevo museo marca de hecho el regreso a Nueva York, en una versión ampliada, de un pequeño museo creado en 1982.
En 1987, el American Kennel Club transfirió la colección a San Luis, en el medio oeste, a unas instalaciones más grandes. Pero al museo, lejos de los circuitos turísticos, le costó salir adelante.

Mudando la colección a Nueva York, la organización de criadores espera seducir a los muchos amantes de los perros de la capital financiera estadounidense, conocidos por el cuidado de sus canes, a los que a menudo pasean en cochecitos de bebés o envueltos en abrigos de cachemir en invierno.

El nuevo museo también pretende atraer a algunos de los millones de turistas que visitan cada año los muchos icónicos centros de arte de Nueva York.

"Es genial mostrar una colección que languidecía en la oscuridad", dijo a la AFP el director ejecutivo del museo, Alan Fausel, quien antes fue un experto en arte canino en las casas de subastas.

Algunas pinturas realistas permiten documentar la evolución de las razas, un foco de interés para los criadores. "Miran las pinturas como si fueran a competiciones de criadores, sus comentarios son sobre anatomía, morfología (...) no sobre la calidad del lienzo", afirmó Fausel.

Las obras, expuestas en dos pisos de un moderno edificio de Park Avenue, reflejan algunas de las grandes tendencias de la pintura canina: las de antes de la era victoriana destacan el lado salvaje y agresivo del animal; el siglo XIX refleja en cambio la edad de oro del retrato, tanto para los animales como para los humanos. En el siglo XX, la fotografía eclipsa a la pintura, especialmente las famosas fotografías con temática antropomorfista del artista estadounidense William Wegman, o los retratos de perros estrella del séptimo arte como Lassie.

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Foto:  EFE/EPA/ALBA VIGARAY

El museo, cuya entrada cuesta 15 dólares por adulto, incluye paneles interactivos para entretener, además de informar: uno de ellos permite a los visitantes ver qué raza de perros coincide con su fisiología.

También hay consejos de entrenamiento y una biblioteca de unos 15 mil libros y documentos. Y una aplicación para smartphone que describe las obras exhibidas.

El museo espera atraer a unos 100 mil visitantes durante su primer año y apuesta para ello por exposiciones temporales dirigidas a una amplia audiencia, explica Fausel, quien prepara una retrospectiva dedicada a los perros en Hollywood y otra dedicada a los perros presidenciales.

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