Durante muchos años la literatura científica ha tratado de investigar y arrojar nuevas teorías sobre el colapso de la población de la Isla de Pascua.

De acuerdo a la revista Live Science, un estudio revela sobre la forma de vida que llevaban los isleños antes de la llegada de los europeos, lo que arroja una nueva visión sobre el supuesto colapso de esta civilización.

El libro de Jared Diamond de 2005, "Collapse", presenta una escalofriante versión de lo que sucedió en los siglos posteriores a la colonización de la isla polinesia en el Pacífico alrededor del año mil 200: la rivalidad entre clanes llevó a los isleños a construir cientos de "moai" cada vez más grandes. estatuas más grandes que la vida talladas en piedra.

Esta competencia feroz y el crecimiento de la poblacióncausaron una sobreexplotación de los recursos, conduciendo a la gente de Rapanui a la desesperación, e incluso alcanibalismo, y los europeos que llegaron en el siglo XVIII se encontraron con una sociedad en camino a declinar, según la cuenta Diamond.

Pero los arqueólogos que han estado estudiando las antiguas canteras, herramientas de piedra y otros recursos en la isla han estado construyendo recientemente una imagen diferente de lo que sucedió antes del contacto europeo.

Un estudio publicado a inicios de agosto en la revista Pacific Archaeology agrega una nueva evidencia al caso contra el colapso de Rapa Nui.Dale Fedrick Simpson, profesor adjunto de Antropología en la Universidad de DuPage (Illinois, Estados Unidos), es el precursor del estudio de los materiales utilizados para el tallado de los moái.

El profesor y su equipo se quedaron “asombrados al descubrir que las piedras provenían de un complejo de canteras a pesar de haber otros lugares en la isla para obtenerlos”.

Investigaciones previas demostraron que ningún clan poseía los recursos necesarios dentro de su territorio para realizar estos gigantescos monumentos y que existían canteras para cada tipo de piedra.

“Cada cantera es como un dedo y cada piedra que extraigas de ella tendrá una huella digital”, explicó Simpson. La mayoría de los moái provienen de una única cantera, y los pukao de un complejo de piedra roja. “Este patrón continuo de fuentes mínimas: el uso máximo sugiere una forma de colaboración entre clanes”, recalcó Simpson, sugiriendo que esta forma de actuar “va en contra del modelo de colapso expuesto por Diamond, donde todo lo que hacían era competir para construir estatuas más grandes”.

Carl Lipo, profesor de Antropología de la Universidad de Binghamton en Nueva York, no participó en el estudio pero expresó que "aunque los resultados no sean sorprendentes, son importantes debido al grado de malentendidos y suposiciones que las personas tienen sobre la isla; la evidencia contradice de manera dramática los cuentos que la mayoría de la gente ha escuchado”.

La falta de evidencias sobre el control de los recursos o la distribución jerárquica de los mismos ha conducido a una nueva narrativa sobre la sociedad rapanui, previa a la colonización: la isla estaba formada por comunidades que compartían sus recursos sin guerras prehistóricas.

Simpson argumentó en otro estudio publicado a principios de este año, que los impactos de la colonización –como enfermedades, violencia y trabajo forzado– “jugaron los mayores catalizadores del cambio cultural rapanui”.

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