Rebelde y culta, la emperatriz de Austria y reina de Hungria, Sissi, era considerada como una de las mujeres más bellas de Europa.

A pesar de que se podría considerar que tuvo una vida “perfecta” entre lujos y riqueza, tras casarse con el emperador de Austria, su vida se vio súbitamente sumergida en un mundo conservador y superficial, lo cual provocó considerables cambios en su vida.

A la corta edad de 17 años, ella ya era la emperatriz de consorte de Austria. Enseguida encontró que la estricta etiqueta de la corte de Viena era muy distinta a su crianza libre en Baviera; sin embargo, se adaptó lo mejor que pudo. Al poco tiempo tuvo a sus dos hijos: la archiduquesa Shopie, quien nació cuando Sissi tenía 18 años; y un año después, la archiduquesa Gisela.

Lamentablemente Shopie murió a los dos años, poco antes del nacimiento del príncipe Rodolfo, 10 años después nació la archiduquesa Marie Valerie.

Como consideraban que era demasiado joven para criar a sus hijos, le negaron la oportunidad de estar con ellos. Pronto comenzaron rumores de que su matrimonio con Francisco José se deterioraba cada día más y el comportamiento rebelde de Sissi, cuya familia tenía una larga historia de problemas mentales, era motivo de grandes problemas.

Se generaron varios rumores, entre ellos que era amante del conde Andrássy, un húngaro que era ministro de Relaciones Exteriores del reinado, quien le decía que ella era “la única austriaca en la que Hungría confiaba”. Además, los austriacos la consideraban una irreverente que no hacía caso al protocolo, se burlaba de los aristócratas y era una mala influencia para el Emperador.

El drama continuó para Sissi, a los 25 años comenzó a obsesionarse con su físico, mantener “una figura perfecta”, por lo que enloqueció para mantener su peso de 50 kilos y conservar su cintura de 47 cm.

La emperatriz llevó un régimen muy estricto de ejercicios y de equitación de varias horas al día, lo que le llevó a un excesivo adelgazamiento y una tez muy demacrada.

De acuerdo con El Español, ella inventó dietas muy extremas, como alimentarse únicamente con frutas y verduras, filetes crudos, carne de venado, sangre de buey y leche,

En la actualidad se sabe que padecía un cuadro de anorexia y bulimia. Practicaba mucho deporte, practicaba esgrima, natación, senderismo y ciclismo; además mandó instalar una sala de ejercicios.

También se decía que no le gustaba comer en público y que por las noches dormía con paños húmedos que le apretaban las caderas.

Cuando le salieron las primeras arrugas, prohibió que le tomaran fotos -en las últimas imágenes que se tienen de ella sólo tenía 30 años- y salía a la calle siempre con un velo puesto.

Además, era adicta a la cocaína: se la recetaron de forma terapéutica y siempre viajaba con una jeringuilla para poder inyectársela. La usaba para controlar el ánimo y los problemas menstruales.

Después de la muerte de Rodolfo, la tragedia siguió marcando la vida de Sissi, quien en 1898, a los 61 años, murió asesinada por un anarquista, mientras se disponía a abordar con su dama de honor uno de los ferries del lago Ginebra, camino a Montreux.

Sissi está enterrada en la Cripta de los Capuchinos junto a su marido y su hijo, y toda la familia real de los Habsburgo… “toda esa familia política que me hizo tan desgraciada durante mi vida en Viena”.

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