Un total de 957 objetos de un tesoro del siglo XIV, entre casi 900 monedas de plata, once de oro, once aplicaciones y hebillas, 28 botones de plata y bronce, once pendientes y dos anillos de oro fueron halladas en un jarrón enterrado a orillas del Mar Negro, da pie a imaginar a un "Ali Baba Tártaro".

Así lo explicó hoy Boni Petrunova, la directora del Museo Histórico Nacional de Bulgaria y jefa del equipo arqueológico encargado de las excavaciones de la fortaleza medieval de Kaliakra, al presentar con fotografías el descubrimiento que"fue hecho casi por casualidad".

En una rueda de prensa en ese lugar del norte de Bulgaria, Petrunova adelantó que los valiosos objetos serán mostrados al público el próximo año, una vez se haya establecido su procedencia exacta mediante análisis.

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Un arquéologo limpia una moneda de oro del tesoro descubierto recientemente en la fortaleza de Kaliakra. Foto: EFE/ National Historical Museum

La experta contó que su equipo cambió de planes después de que un ciudadano local le advirtiera de "que había visto un cráneo que aparecía de debajo de la tierra".

"Empezamos a excavar allí", en lo que se demostró que eran las ruinas de una casa destruida por un incendio a principios del siglo XV, precisó la experta.

Primero apareció un ornamento en nefrita (un tipo de jade) hecho en China, que por ser muy inusual en la región ha llevado a los científicos a suponer que había sido un regalo para alguno de los últimos monarcas del Segundo Reino búlgaro, antes de ser usurpado por el Imperio Otomano.

Posteriormente los arqueólogos desenterraron el jarrón que guardaba el tesoro, con monedas de la época de los sultanes Bayezid I (1360-1402) y Murad I (1362- 1389), así como de Venecia, Génova y Bizancio, de hasta 23,5 quilates de oro.

"Evidentemente se trata de trofeos militares, robados por los tártaros que invadieron esta zona durante los primeros años del siglo XV", dijo Petrunova, y recordó que Kaliakra fue capturada por hordas de tártaros que devastaron amplias zonas del reino búlgaro tras verse desplazadas por los mongoles del norte.

 

Hacia el año 1404, los tártaros fueron expulsados también del suelo balcánico y los científicos creen fue en ese momento cuando el desconocido dueño del tesoro lo escondió con la intención de recuperarlo más tarde, algo que no llegó a suceder.

"El jarro fue enterrado debajo del piso (de la casa), pero en el incendio el techo cayó encima del lugar y lo sepultó durante siglos, preservándolo hasta hoy", explicó Petrunova.

Para los arqueólogos, el descubrimiento del tesoro es "como si hubiéramos recibimos un SMS del siglo XIV" y ahora toca establecer qué sucedió exactamente en esos tiempos tan movidos de la historia en torno a la estratégica fortaleza medieval de Kaliakra.

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