El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se mantendrá cerca del proyecto del Tren Turístico Maya y aunque existen “un montonal” de puntos en donde está registrado que hay alguna clase de vestigio en los cinco estados que se recorrerán, sólo en caso de que puedan haber indicios de la existencia de una estructura importante o de una ciudad, se planteará la necesidad de que haya una modificación a la ruta.

El proyecto del Tren Turístico Maya recorrerá Cancún, Quintana Roo, Palenque, Playa del Carmen, Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar, Calakmul y Campeche, Mérida y Valladolid. Además, la ruta servirá para llegar al sitio arqueológico de Chichén Itzá. En total, será una obra de mil 500 kilómetros.

El director del INAH, Diego Prieto, quien fue ratificado por la virtual secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, para continuar en el cargo durante la próxima administración, indicó que aún no conoce el proyecto pero en su momento harán el acompañamiento necesario.

“En varios tramos ya existe derecho de vía, ya existen otras obras; así que vamos a ver, en todo caso, que el trazo corresponda con áreas que no afecten el patrimonio arqueológico y que, por el contrario, nos permitan investigarlo, recuperarlo, salvarlo”, aseguró.

Prieto añadió que cuando aparece un vestigio que puede o debe ser mantenido in situ, se plantean modificaciones en los proyectos, pero cuando se trata de bienes arqueológicos se pueden recuperar y ser estudiados en laboratorio tras los rescates y salvamentos correspondientes.

“El INAH, cuando hay cualquier proyecto de comunicación, inversión, energía o urbano, cuida que no haya daños al patrimonio y que, por el contrario se estudie y se recupere la información que nos ofrece nuestro patrimonio arqueológico, nuestros vestigios de los grupos que ocuparon el territorio mexicano hace algunos siglos. Si las cosas se hacen con cuidado, es perfectamente compatible el progreso, el desarrollo y el desenvolvimiento de las actividades económicas y sociales, con el cuidado de nuestra memoria, tradición y patrimonio histórico, arqueológico, antropológico y paleontológico”, sostuvo.

Agregó que si se diera el hallazgo de una ciudad se tendrá que hacer modificación del trazo. “Hay casos en los que se tiene que ver la manera de que las estructuras arqueológicas se conserven, y en casos menos frecuentes se puede plantear el destino como sitio arqueológico de los diferentes lugares”, dijo.

Prieto explicó que ya existen tecnologías muy avanzadas que ayudarán a tener claro qué es lo que se podría encontrar como el LIDAR que ya ha sido aplicado “intensamente” en el sureste de México y en el oeste de Guatemala. “Ya tenemos levantamientos LIDAR de algunas áreas en las que podría pasar el Tren Maya. También tenemos las tecnologías de georradar o de radar de penetración que nos permite saber, con cierto nivel de aproximación, si hay estructuras en el subsuelo y qué clase de estructuras pueden ser. Todo se hará con sistematización y con la meticulosidad que implica el trabajo arqueológico”, apuntó.

Una vez que se den a conocer los trazos, dijo, se podrá hacer el contraste con el atlas de ubicación de sitios de vestigios arqueológicos. “El INAH tiene ubicados más de 60 mil puntos en la geografía nacional en donde hay alguna clase de vestigio en todo el territorio nacional, pero muchos de ellos pueden ser simplemente concentraciones de material cerámico que no implica ningún problema. Otros pueden ser campamentos donde vamos encontrar lítica, otros pueden ser cimentaciones de áreas urbanas, otros pueden ser estructuras mayores. Esto es lo que vamos a revisar, no es una tarea nueva para el Instituto y lo haremos de la mano con las instituciones que impulsan este proyecto”, refirió.

En la zona maya, agregó, hay “un montonal” de esos puntos contabilizados. “Hablamos de cinco estados, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, así que puedo decir que hay miles de sitios e, insisto, son de diferente carácter. Esto no significa que no se pueda hacer nada, el país sigue su marcha. El Instituto no detiene la marcha del país, lo que hace es investigar, cuidar, obtener la información, escudriñar en la memoria de nuestro país”, comentó.

Finalmente agregó que el Tren Maya es un proyecto que puede contribuir a detonar muchas cosas en el plano social, en el comunitario, en el terreno de las actividades educativas y turísticas. “Todo lo que contribuye al desarrollo de nuestro país, al mejoramiento de sus comunidades y a la detonación de actividades que fortalezcan el crecimiento de nuestra economía pues serán bienvenidas mientras se encuentren en el marco de nuestra normatividad y mientras cuidemos el avance y la recuperación de nuestra memoria”.

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