Una de las grandes incógnitas  en la vida personal deLuis Miguel ha sido  conocer el paradero de su madre Marcela Basteri.

Más allá de saber  dónde está hoy la mujer que desapareció sin dejar rastro en 1986,  es importante hacer un repaso por la vida de Marcela,  aquella joven rubia cuya vida desde que nació estuvo marcada por el abandono, el maltrato y la pobreza.

Cuando su padre, Sergio Basteri, emigró a Argentina buscando un mejor empleo, su madre Vanda Terrozzo permaneció en Italia, pero al poco tiempo  se fue con un nuevo amor, no sin antes dejar a su pequeña hija de apenas un año en un hospicio de aquel lugar.

Al enterarse la familia paterna, intentaron  sacar a la niña de ahí, pero Vanda había dejado documentos que impedían que sus familiares se la llevaran, por ello tuvieron que esperar a que cumpliera 10 años.

Al salir del orfanatorio, la pequeña de 11 años se fue a vivir a Argentina, llamada por su padre.

Estando en Sudamérica con su padre y su madrastra Catalina Mezín, con quien se llevaba bien, la joven —según cuenta Javier León Herrera en su libro "Luis Miguel, la historia"—  estuvo  rodeada de pobreza y mucho trabajo.

Siendo aún una joven, Marcela conoció en una cafetería de Buenos Aires a quien sería su pareja, Luis Rey, un músico español que había emigrado de su natal país para internacionalizar su carrera.

La relación no agradó a la familia y no la aprobó; ante esto,  la pareja se fue. Después, Luis Rey mintió y dijo a todo mundo que él y la joven rubia de 22 años se habían casado, algo que nunca sucedió.

Una vez “casados”, Luisito y Marcela viajaron a España, donde la suerte no les sonreía, haciendo que se trasladaran más tarde a Puerto Rico, donde la joven dio a luz a Luis Miguel. De ahí la vida los llevó a México, donde finalmente la familia se asentó, con miras a que Rey impulsara su carrera de cantante, lo cual no se concretó.

La pareja tuvo dos hijos más: Alejandro y Sergio.

Rey decidió impulsar a su hijo mayor, al ver el talento nato que tenía como cantante; logró firmarlo con una compañía discográfica, mientras su esposa Marcela permanecía en casa, sin voz ni voto en lo que se refería a la carrera del niño.

Debido a los conflictos por la educación de Luis Miguel, que comenzó a trabajar siendo un niño, supuestas infidelidades por parte de él y otros asuntos, la pareja se separó tras 18 años de relación. Marcela viajó con su hijo menor a Italia a pasar un tiempo con su padre Sergio Basteri.

Luego, se trasladó a Madrid para reunirse con Luisito Rey, a petición de él, y de ahí supuestamente tomaría un avión a Chile para ver a su hijo Luis Miguel, ya un artista consolidado, pero nunca llegó al lugar. Nada de ella se supo después.

El pequeño Sergio quedó a cargo temporalmente de la familia primero en Italia y luego en España, hasta que el niño fue trasladado a Guadalajara, México, donde pasó su niñez y adolescencia.

Antes de su muerte en 1998, Sergio Basteri, padre de Marcela —un ex soldado italiano a quien en sus años mozos apodaban Tarzán— repetía constantemente que deseaba saber dónde estaba su hija, algo que no pudo cumplir ni en su lecho de muerte.

En una entrevista ofrecida en 2003 a  Adal Ramones, en su programa Otro Rollo, Luis Miguel expresó que uno de sus grandes deseos sería volver a ver a su mamá.

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