Cada vez son más los miembros del reparto de "Game of Thrones" que dan pistas sobre la octava y última temporada de la serie. Emilia Clarke, Nikolaj Coster-Waldau o Iain Glen son solo algunos de los que han dado su opinión sobre el esperado desenlace. Ahora ha sido Hannah Murray, quien da vida a Gilly, la que ha hablado sobre el final, que no será precisamente feliz.

"Sabía que debía esperar lo inesperado. Cualquier cosa que me pareciera demasiado obvia, sabía que no iba a ser lo que sucedería. Así que había ciertas cosas que me cuestionaba: 'Bueno, no puede ser eso, pero no sé lo que va a ser'", aseguró la actriz durante el evento Con of Thrones en declaraciones a Watchers on the Wall.

"No es como un final feliz de cuento de hadas en absoluto y creo que la temporada final es realmente maravillosa. Estoy muy emocionada por que la gente lo vea". Murray, quien ya ha terminado de filmar todas sus escenas de la octava entrega, no entró en detalles, pero sí adelantó que no será un final predecible.

La intérprete también analizó el desarrollo de su personaje, que considera "único".

"Sus comienzos fueron tan terribles, y la hemos visto crecer y ganar fuerza... en todo caso, se ha vuelto más tranquila y acogedora a medida que ha pasado el tiempo".

Gilly protagonizó uno de los mejores momentos de la séptima temporada, cuando descubre -de forma totalmente involuntaria- los orígenes de Jon Snow que podrían convertirle en heredero legítimo al Trono de Hierro. "Ella no conocía la importancia de la información en ese momento. Solo estaba leyendo un libro y tuvo la suerte de encontrarlo. Ambos tuvieron la suerte de tropezar con esa información", explica Murray.

La octava y última temporada de "Game of Thrones" llegará a HBO y Movistar+ en 2019.

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