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Entre latas de pegamento, barniz, brochas e instrumentos de cuerda que cuelgan de la pared de un pequeño local ubicado en la avenida Damián Carmona, en la capital potosina, Roberto Cruz trabaja todos los días, para regresarles la vida a guitarras, requintos, ukuleles, entre otros, que por alguna razón se dañaron.
Roberto Cruz, a través de su pasión y conocimientos que van desde la aplicación de un barniz, trigonometría, técnica del sonido, entre otros, lleva más de 35 años dedicándose a la laudería, una profesión enfocada en la construcción, fabricación y reparación de instrumentos musicales.
Roberto, es originario del estado de Oaxaca, durante su infancia descubrió que los instrumentos de cuerda llamaban su atención, desde niño, según comentó en entrevista para EL UNIVERSAL San Luis Potosí, le daba curiosidad cómo es que estaban construidas las guitarras, cómo se verían por dentro.
“Desde pequeño me ha gustado la música, desde pequeño escuchaba a ciertos artistas, me inclinaba a la música romántica de tríos, “Los Tecolies, Los Panchos (…) Y siempre tuve curiosidad para saber cómo era la guitarra, en una ocasión mi hermano compró una y yo por curiosidad la abrí, la destapé y ahí comenzó la inquietud”, detalló.
Inquietud que luego comenzó a materializar al entrar a estudiar la carrera de Laudería en la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual luego tuvo que abandonar debido a que le era imposible estudiar y al mismo tiempo trabajar para ayudar en los gastos de casa y su manutención.
Pese a que su carrera profesional se paró, sus ganas no, por lo que cada cierto tiempo tomaba los cursos de Laudería en Paracho Veracruz, lugar a donde llegaban Lauderos y Lutieres (grado avanzado de lauderos, se otorga cuando la persona sabe reparar más de 10 instrumentos), para enseñar el arte de devolver a la vida útil los instrumentos de cuerda dañados.
“Es un trabajo muy minucioso, sobre todo paciencia, porque se puede hacer al ahí se va, pero para algo más profundo se necesita un conocimiento en técnica del sonido, a veces llegan clientes a los que se les preguntan qué nivel tiene para poderlos complacer”, comentó.
Desde hace más de 35 años comenzó a poner en práctica todos los conocimientos adquiridos y la práctica que ya tenía de los cursos, pero su profesión se materializó en San Luis Potosí una vez que en el año de 1989 llegó a la capital potosina y decidió ofrecerle ayuda a una persona que deambulaba con un instrumento roto.
Poco a poco por recomendaciones y las reparaciones de calidad que realiza, instaló su taller, en el que ha reparado y convivido con grandes artistas de la música romántica de tríos como Los Panchos, Los Dandy’s, entre otros, así como jóvenes talentosos de la música de cuerda que van creciendo en la escena artística potosina y nacional.
“Aquí en San Luis Potosí hay mucho talento respecto a este tipo de música, por ejemplo los integrantes de los Dandys, Chuy Pérez de San Luis Potosí como requinto, también fue requinto de Los Tecolines; Salomón Hernandez Chavarría, requinto de Los Tres Aces; Luis Enrique Villaseñor voz de Los Tres Reyes. Hemos tenido la fortuna de convivir con ellos y también trabajarles”, precisó.
No obstante durante la pandemia sus ventas bajaron considerablemente, debido a la baja demanda de los músicos por las restricciones sanitarias, además del estado anímico en el que se encontraba debido a que durante la contingencia por Covid-19 perdió a causa del virus SARS-CoV-2 a su hermano y dos sobrinos.
Pese a las condiciones de trabajo, dijo que no era opción dejar de trabajar completamente, pues debía mantener a su familia. No obstante, luego de que se fueran levantando las restricciones poco a poco ha logrado reactivar las reparaciones, ya que al año repara entre 250 y 300 instrumentos de cuerda desde su taller, aunque por semana los servicios que le solicitan pueden variar.
“Hacer una guitarra de madera o arreglarla, va a depender del daño que traiga, no es lo mismo cambiar una tapa, a un fondo, costado o el barniz. Hemos trabajado en diferentes instituciones (de San Luis Potosí) en Bellas Artes, en la Julián Carrillo, y pues lo sobrellevamos y estamos a las ordenes de la gente que quiera”, concluyó.
