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Entre flores blancas y moradas, en la casa ubicada en la calle República de Colombia, en la capital potosina, destaca una virgen con manto morado y sus manos entrelazadas apretando el dolor por la muerte de Jesús Cristo, que a su vez llena de vida el altar de tres metros que instaló la familia Ávila.
Hugo Alejandro Ávila Ruiz, desde hace más de 40 años, ha seguido la tradición que su abuela Ignacia Valdivia, mejor conocida como “Doña Conchita” quien le inculcó para venerar a la madre de Jesús, acompañarla en su dolor y también honrar la vida y resurrección de Cristo durante la Semana Santa.
Desde hace algunos días, Hugo y su familia comenzaron a instalar las diferentes decoraciones que tiene que llevar un tradicional altar de dolores, popular en la cultura religiosa de San Luis Potosí, durante todo el Viernes de Dolores recibieron con agua de limón a la gente que visita el altar y acompaña el luto de María.
Aunque lo montan dentro de su casa, cada Viernes Santo lo sacan a la calle para que las y los visitantes puedan apreciarlo, pues cada año va cambiando la forma, así como el tamaño, pues en cada edición lo va haciendo un poco más grande conforme a sus posibilidades.
“El altar lo ponía mi abuelita y después yo dije quiero seguir haciendo el altar de la virgen de Dolores. Para nosotros la semana santa es algo muy bonito, más que nada es recordar la muerte y resurrección de nuestro señor Jesús Cristo”, comentó Hugo.
Para la Familia Ávila, el acompañar a la virgen María en su dolor y recordar el sacrificio que hizo Jesús al dar su vida por la gente, se debe al fervor y agradecimiento a Cristo y a la virgen de Dolores, a quien señalan de milagrosa.
“Nosotros nos hemos encomendado a ella en cuestiones de salud, le pedimos: 'virgencita, te pido por favor', algo que haya pasado y sí nos ha hecho el milagro”, agregó.
El altar
Además de dar continuidad a las tradiciones familiares por más de 40 años, Hugo comenzó hace 15 años a fomentar la colocación de los altares de dolores en la colonia Satélite, debido a que dijo que cuando llegó a vivir a la misma sus vecinos no realizaban las festividades arraigadas en San Luis Potosí, por lo que después de realizar su primer altar en la calle República de Colombia, sus vecinos se fueron sumando.
Para la familia Ávila y para muchos potosinos, lo que tiene que llevar un buen altar de dolores son los elementos como papel picado en colores blanco que representan la pureza de la virgen, así como papel picado en color morado que hace alusión al luto de María, imágenes de las 14 estaciones del Vía Crucis de Jesús Cristo, bolitas rojas o vino que representan la sangre de Cristo, flores naturales y ramos de manzanilla que representan el aroma, así como siete naranjas y banderines que representan los siete dolores de María.
Además de una jarra de agua, ya sea de limón, horchata, jamaica u otro sabor para compartir con los visitantes y que de esta manera acompañen a la virgen en su dolor y luto. Adicionalmente, monta una imagen de medio metro de Jesús cargando la cruz, la cual se encuentra con María, simulando el rencuentro entre madre e hijo.
La familia Ávila invita a las y los potosinos a conservar por muchos años más las tradiciones religiosas que son parte de la cultura de San Luis Potosí, así como a visitar los altares de Dolores que se ubican sobre las diferentes colonias de la zona metropolitana, pero sobre todo a acudir a la colonia Satélite y conmemorar juntos del luto de María, madre de Cristo.
