Stephanie Cárdenas, es una diseñadora industrial originaria de Rioverde, luego de salir de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), decidió iniciar un emprendimiento que nació al buscar una piñata de buena calidad y de un personaje en específico para su cumpleanos, tras no haber encontrado una piñata que se adecuara a las necesidades decidió crearla ella misma; posteriormente ya hacía las creaciones para sus amigos cercanos, hasta que su trabajo comenzó a circular a través de redes sociales.

Al principio, según contó para EL UNIVERSAL San Luis Potosí realizaba las piñatas durante sus tiempos libres, pues su principal sustento económico era un trabajo fijo, sin embargo, luego de años de perfeccionar su trabajo, la rentabilidad de su proyecto llamado “Latido Mío”, así como la alta demanda de piñatas personalizadas, fue que decidió dedicarse de tiempo completo a las creaciones artesanales de las piñatas.

“Nuestra manera de innovar va enfocada a la creación de los personajes, a nosotros nos buscan mucho porque las mamás buscan que el personaje sea el mismo que a su hijo le gusta entonces muchas veces no lo pueden encontrar y entonces nosotros decidimos apoyarnos en programas de diseño y así lograr entregarle al cliente el personaje que le guste y con la temática que quiera. Pero de ahí en fuera, usamos los materiales tradicionales que podemos encontrar en cualquier papelería”, comentó.

Pese a que su emprendimiento iba creciendo gradualmente, había conseguido un punto de entrega en la capital potosina, para ahí también mostrar sus piñatas de manera física, el 2020 fue complicado para su negocio, pues con la presencia y propagación del Covid-19 en el país y estado, las restricciones de movilidad limitaron los festejos masivos de cumpleaños o celebraciones y con ello también decayeron las ventas de Stephanie.

De entregar a la semanas entre 10 y 12 piñatas personalizadas, a partir del mes de mayo del 2020, sus clientes comenzaron a cancelar pedidos y las ventas de las mismas fueron bajando, por lo que tuvo que reinventar sus productos y decidió crear junto con su equipo piñatas de diferentes tamaños, así como la decoración y venta de pasteles tipo “cake toppers”, y que dijo ha tenido también mucho éxito, pues les ofreció una nueva variedad ajustada a sus necesidades.

“Fue complicado, nos tocó detener actividades casi al 100 por ciento y bueno vivíamos en la incertidumbre de saber cuánto íbamos a durar. Nosotros no pensábamos que fuera a pasar más de un mes y bueno aquí estamos un año después y nos tocó reinventarnos, nos tocó buscar nuevos tamaños para las piñatas para que se pudieran adecuar a los eventos que ahora se están llevando, porque ahora la gente sí festeja pero festeja desde casa, festeja con menos invitados y a lo mejor festeja con una piñata más pequeña y nos tocó reinventarnos”, agregó.

Pese a que el cambio de semáforo a color verde hizo que la venta de piñatas aumentara, el reciente incremento de contagios en la entidad potosina, ha hecho que sienta incertidumbre por la probabilidad de un regreso a confinamiento por máxima transmisión del virus, “es algo agridulce porque puedes pensar que vamos de salida, que vamos viendo la luz al final del túnel; pero nos toca estar ahí, ser pacientes, cuidarnos y nos toca hacer caso a lo que las autoridades nos dicen porque si no te cuidas pues no puedes tener piñatas para después”.

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