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Los representantes del comercio establecido del primer cuadro de la capital de San Luis Pötosí como Amparo Rosillo Izquierdo, presidenta de Nuestro Centro, y el empresario Alberto Narvaéz Arochi, de la asociación Potosinos con Valor, pidieron al Gobierno del estado “no lastimar”, ni "meter mano" en el desarrollo de la Procesión del Silencio.
El empresario potosino Narvaéz Arochi defendió que este evento tiene gran importancia para todo el estado por su trascendencia a internacional, por lo que expresó su preocupación por los recientes deseos del gobernador Ricardo Gallardo, quien pretende integrar a escuelas para que participen este año en la procesión.
“La autoridad del estado ha manifestado que pretenderá hacerla más grande incluyéndole más gente, se habla de cofradías escolares, no sabemos qué quiera decir eso, pero esa es nuestra preocupación principal… Pedimos al Gobierno del estado que no manosee, si se vale la expresión, el desarrollo de la Procesión del Silencio”, comentó.
Por otro lado, Rosillo Izquierdo consideró que una de los perjuicios que perciben es la falta de respeto por “conservar, preservar y resguardar todos esos patrimonios potosinos”, que lo han construido desde hace 70 años creyentes religiosos.
“Este evento es una manifestación religiosa que ha perdurado desde hace 70 años y ha crecido gracias a los creyentes a quienes se debe respeto. Cada participante, los cofrades, todos los los que organizan esta logística han permitido que esta sea tan importante y llamativa que ha cobrado importancia internacional… Estamos hablando de generaciones de familias que han pasado ese legado, de hijo, padres y nietos, y de allí nace esa devoción”, explicó.
También, destacó que este evento ha detonado, entre otras cosas, la economía de todos los comercios de la zona centro, pues la Semana Santa “es la fiesta más importante que se realiza en el Centro Histórico; hay un gran movimiento en estos tres días santos”.
Por lo tanto, pronunciaron que el llamado es no lastimar, ni meter mano a la Procesión del Silencio, tradición que coloca al estado entre las primeras cinco regiones del mundo que aún conservan la conmemoración a la pasión y muerte de Cristo con elementos tradicionales.
