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Una leyenda común entre las y los niños mexicanos es que, debajo de las instalaciones de su escuela, se encontraba antes un panteón., pero en el caso de las y los estudiantes de la Preparatoria Licenciado Rocha Cordero, la Escuela Secundaria Lic. Marco Antonio Vázquez Carrizales, el Centro M.J. Othón y el Jardín de Niños Manuel José Othón pueden decir que la leyenda es verdad.
Este conjunto de escuelas se encuentra dentro del barrio de San Miguelito, en una misma manzana, entre las calles Xicoténcatl, León García, Zenon Fernandez y Fernando Rosas. Antes de que en este terreno se construyeran instalaciones escolares, era un predio abandonado y, antes de eso, el Panteón de San Miguelito.
En entrevista para El UNIVERSAL San Luis Potosí, el historiador Jesús Martínez Melgarejo contó la historia de este emblemático lugar, la cual revela la forma de vida del viejo San Luis Potosí. En primer lugar, recalcó que el barrio de San Miguelito fue el cuarto de la ciudad, después de Tlaxcala, Santiago y Tequisquiapan.
“A medida que la ciudad fue creciendo… el primer cementerio que hubo fue el del Montecillo. Después, en 1763, hubo una epidemia muy fuerte de viruela, pero antes ya el párroco de aquí de San Miguelito había solicitado la construcción del cementerio”, contó.
El cementerio, enfatizó el historiador, duró un poco más de 100 años de existencia. Sin embargo, alrededor de 1873, Salubridad prohibió los cementerios dentro de la población, por temas de contaminación y protección a la salud pública.
“La gente lo siguió utilizando, porque estaba en proyecto ya la construcción del cementerio de El Saucito. Cuando en definitiva se construye El Saucito, es cuando ya se deja de utilizar, se prohíbe completamente”.
De esta manera, Jesús Martínez contó que el panteón estuvo abandonado por un tiempo de alrededor de 20 o 30 años. Si bien, algunas personas trasladaron los restos de sus familiares al panteón de El Saucito, muchos otros restos se quedaron ahí mismo. Por otra parte, el historiador refirió que en 1916 los vecinos pidieron al Ayuntamiento que este terreno se usara para construir el mercado, pero, por falta de fondos, no se pudo realizar el proyecto.
Casas restauradas con restos humanos y de tumbas
Uno de los datos más sorprendentes del antiguo panteón de San Miguelito es que entre el periodo de años que éste estuvo en desuso y en abandono, la gente de los alrededores usó algunos materiales para hacer reparaciones de sus casas. Por lo que, incluso, sobre la calle Independencia se pudo encontrar una piedra tallada donde se lee: “A perpetuidad”.
“Pero para entonces la gente del lugar, pues como había materiales que se podían utilizar, muchos se lo llevaron a su casa y lo utilizaron ahí para su construcción. Es más, hasta hay por ahí una foto en donde se ve una plaquita que dice: “a perpetuidad”, que está a un lado de la de la entrada de la casa, y es porque pues ahí realizaron una reparación (...) también, se ve como que hicieron con el resto de la tierra… como adobes. Entonces ahí llevaba pequeños huesitos y también se ve eso en una foto.”
Leyendas y malas vibras en San Miguelito
Dentro del grupo de Facebook “Imágenes históricas de San Luis Potosí, México”, varios fanáticos de la historia de la ciudad han compartido imágenes de la piedra antes mencionada y han compartido experiencias acerca de la historia de las escuelas ahí construidas:
“Mi madre platica que cuando estudió la primaria (1956 aprox) en Centro Escolar Manuel Jose Othon el piso de los salones eran tarimas de madera y tenían huecos y que por estos aun se veían algunas lápidas que no fueron retiradas, me imagino que horrible imagen para niños de 6 a 12 años”.
“Y luego, la gente que llega a vivir ahí se queja que oye ruidos, que ve fantasmas, pues ahí siguen viviendo los dueños”, destaca otro de los comentarios.
“Los restos de Claudia Zuley, la chica de la mentada leyenda se encuentran sepultados ahí, yo vi el lugar donde se encontraban unas letras grabadas en el piso, como recuerdo hacia a ella. Estudié mi secundaria ahí.. Soy del barrio y en las noches que paso por allí me ha tocado escuchar que arrastran cosas... se siente una vibra media macabra…”, han sido algunos de los comentarios en el grupo.
Al pasar por la escuela, uno se puede percatar de que las instalaciones se encuentran construidas sobre una alta plancha de cemento, por lo que el historiador Jesús Martínez señaló que seguramente sería para no batallar con la construcción del centro educativo.
