El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, está dispuesto a hablar de desarme nuclear con Estados Unidos e imponer una moratoria sobre los ensayos nucleares y misilísticos durante esas conversaciones, dijo un funcionario surcoreano el martes al regresar del Norte.

Kim también accedió a celebrar una cumbre con el presidente de Corea del Sur en una aldea fronteriza a fines de abril, dijo el director de seguridad nacional presidencial Chung Eui-yong después de hablar con Kim en Pyongyang.

La aparente disposición norcoreana para mantener un “diálogo sincero” con Estados Unidos sobre desnuclearización y relaciones diplomáticas sucede a un año de temores crecientes de guerra en la península coreana, durante el cual Kim y el presidente estadounidense Donald Trump intercambiaron frases belicosas e insultos groseros sobre los ensayos norcoreanos.

El gobierno de Trump también impuso algunas de las sanciones más duras sobre el Norte.

Trump tuiteó el martes que había “posibles progresos” en las conversaciones y que todas las partes hacían esfuerzos serios. Añadió: “Puede ser esperanza falsa, ¡pero EEUU está preparado para ir con fuerza en cualquier dirección!”

Las dos Coreas acordaron celebrar la tercera reunión bilateral en su historia en una tensa localidad fronteriza a finales de abril, dijo el director de Seguridad Nacional de Corea del Sur. Los líderes de ambos países establecerán un canal de comunicación directo para rebajar las tensiones nucleares y hablar juntos antes de la reunión.

Persiste el escepticismo acerca de si se podrá llegar a una verdadera paz entre las dos Coreas, cuya historia común se caracteriza por grandes acuerdos que luego no se consuman. Estados Unidos ha dicho que no quiere conversaciones vanas con Corea del Norte y que todas las opciones están sobre la mesa, incluso la militar.

El Norte ha dicho reiteradamente que no negociará su programa nuclear y ha jurado reforzar sus arsenales. El aparente giro de 180 grados podría ser un intento de obtener concesiones o ganar tiempo para fabricar misiles capaces de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos, según analistas.

Muchos expertos creen que Corea del Norte no cederá fácilmente un programa nuclear que ha desarrollado obstinadamente, a pesar de las presiones internacionales, para enfrentar lo que llama la hostilidad de Estados Unidos.

Chung encabezó una delegación de 10 funcionarios surcoreanos que se reunieron con Kim durante una visita de dos días a la capital norcoreana, Pyongyang. Regresaron a su país el martes.

Los acuerdos llegan tras una serie de avances en cooperación realizados por los dos países durante los Juegos Olímpicos de Invierno celebrados el mes pasado en Pyeongchang, Corea del Sur. En el último año, la tensión en la península de Corea creció notablemente tras una serie de ensayos armamentísticos del Norte.

Las dos cumbres anteriores, celebradas en 2000 y 2007, reunieron al padre de Kim, el fallecido Kim Jong Il, y dos presidentes progresistas de Corea del Sur. De estos encuentros salieron una serie de proyectos de cooperación entre las dos naciones que fueron revocados con la llegada de gobernantes conservadores al poder en Seúl.

Corea del Norte dejó también en claro que no necesitará sus armas nucleares si se eliminan las amenazas en su contra y recibe una garantía de seguridad creíble, agregó Chung.

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