El desplome de la lira turca frente al dólar supone el mayor desafío económico para la Turquía del presidente Recep Tayyip Erdogan desde la crisis financiera de 2001. El viernes 10 de agosto la lira perdió un 16% de su valor frente al dólar, desde inicios de mes ha perdido un 27%.

Erdogan intentó este lunes tranquilizar a los mercados y afirmó que los fundamentos de la economía turca son "sólidos". Sin embargo, analistas consideran que caída de la lira turca se debe a la pérdida de confianza de los inversores en una economía ya debilitada, exacerbada por las tensiones diplomáticas con Estados Unidos.

Estos son las claves para entender la crisis.

El factor Trump

A principios de agosto, Estados Unidos impuso sanciones contra dos ministros de Erdogan en protesta por el encarcelamiento del pastor estadounidense  Andrew Brunson, detenido en 2016 en Turquía bajo cargos de terrorismo y espionaje. Ankara aplicó por su parte medidas similares.

Esta crisis entre dos miembros importantes de la OTAN, la más grave en 40 años, hizo temblar a los inversores y provocó una espectacular caída de la lira turca frente al dólar la semana pasada.

Las sanciones de Estados Unidos "secan los flujos de capitales" en dirección hacia Turquía, señala Capital Economics.

El factor Erdogan

Desde su llegada al poder en 2003, Erdogan construyó gran parte de su popularidad a partir de un elevado crecimiento y de colosales proyectos de infraestructuras.

Los economistas describen al presidente turco como un partidario del "crecimiento a cualquier precio", empezando por el de un fuerte endeudamiento.

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Foto: AFP

En muchas ocasiones, las tesis defendidas por Erdoganprovocan más de una sorpresa, como cuando dijo que bajar las tasas de interés reduce la inflación, mientras la mayoría de los economistas creen lo contrario.

"Era evidente desde hacía un tiempo (...) que el mal gobierno económico acabaría teniendo consecuencias", asegura Paul T. Levin, director del Instituto de Estudios turcos de la Universidad de Estocolmo.

El factor yerno

Tras las elecciones de junio, Turquía pasó a un sistema hiperpresidencial que concentra en las manos del jefe de Estado todos los poderes ejecutivos.

Erdogan además nombró como ministro del Tesoro y de Finanzas a su yerno, Berat Albayrak, alguien con poca experiencia.

"Sin duda, es la ausencia de una respuesta rápida, firme y racional por parte de las autoridades turcas lo que envió la lira al abismo", asevera Levin.

Una fuerte inflación

Antes de la crisis con Estados Unidos, los economistas ya veían venir una inminente tormenta financiera.

Los problemas estructurales de Turquía se reflejan en una fuerte inflación, que alcanzó en julio casi al 16% interanual, y un déficit de las cuentas corrientes que no cesa de aumentar.

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Foto: AFP

La dependencia del Banco Central

El Banco central de Turquía debe ser en teoría independiente, pero muchos economistas estiman que cada vez está más bajo la presión de Erdogan.

Su decisión de no aumentar sus tasas de interés la semana pasada causó alarma en los mercados.

Este lunes, el Banco central anunció una serie de medidas para tranquilizar a los inversores, entre ellas que aportaría toda la liquidez que necesiten las entidades bancarias.

"Las medidas respecto a la liquidez no atacan el problema principal que es la caída de la lira", asegura Konstantinos Anthis, analista para ADS Securities.

El efecto global

El euro, por su parte, también se ha visto arrastrado hasta su menor nivel en 13 meses, golpeando de paso a las monedas de mercados emergentes, ya que los inversores preocupados por un contagio tomaban refugio en el yen y el franco suizo.

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Foto: AFP

Desde Sudáfrica, Argentina, Brasil, Rusia e India, la mayoría de las divisas emergentes se hunden desde la semana pasada por el desplome de la lira turca, prueba de la vulnerabilidad de estas economías muy dependientes de los capitales extranjeros.

El efecto dominó de esta crisis turco-estadounidense evidencia sobre todo el nivel de vulnerabilidad frente al dólar, y más de manera general frente a los inversores extranjeros de las economías emergentes. La rupia indonesia, por ejemplo, está en su nivel más bajo frente al dólar desde octubre de 2015.

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