“Juancho”, un cocodrilo de más de tres metros de largo y 300 kilos de peso, pareció ganar una batalla frente a una empresa recreativa de motocicletas y “bananas” acuáticas, en una defensa de su hogar en el Lago de Managua o Xolotlán, el segundo más grande de Nicaragua.

El animal, que se transformó en una atracción del puerto Salvador Allende, principal destino turístico de Managua y ubicado en un rincón de la orilla occidental del Xolotlán, regresó esta semana a su hábitat natural, luego de que el 21 de marzo anterior fue extraído y trasladado al sector norte del mismo lago por temor de que atacara a algún visitante o practicante del motociclismo acuático o de los recorridos en una “banana”.

El cocodrilo se acostumbró a aparecer en distintas áreas del puerto, sin importar la presencia humana, pero hasta ahora nunca atacó.

Juancho” fue reinstalado en San Francisco Libre, municipio en la orilla norte del Xolotlál, del departamento de Managua y a unos 76 kilómetros al norte de la capital. Allí también hubo problemas, porque los pobladores intentaron sin éxito sacar al animal, informó la nicaragüense Nery Sánchez, directora de Seguridad y Protección Portuaria de la estatal Empresa Portuaria Nicaragüense, citada por el diario La Prensa, el más importante de Nicaragua.

El cambio de hogar también generó reclamos de ambientalistas y de numerosos nicaragüenses, porque las sorpresivas apariciones del reptil en las riberas de un lago con una extensión de mil 49 kilómetros cuadrados, se convirtieron en uno de los imanes para atraer a turistas, nacionales y extranjeros, al puerto Salvador Allende.

Juancho” se movilizó en las orillas de esas instalaciones portuarias, bordeadas por restaurantes y bares, localizadas en el norte de la capital nicaragüense y con una afluencia mensual de más de 130 mil personas. El animal pudo ser visto desde las balcones del Salvador Allende colindantes con el lago, por lo que tampoco fue necesario meterse a las aguas del Xolotlán para poder observarlo.

Pero luego de que la empresa Nica Splash, que se presentó como de capital estadounidense, comenzó en febrero de este año a ofrecer el servicio recreativo de motocicletas y “bananas” para recorrer el Xolotlán, surgieron advertencias de que, por riesgo de que atacara, sería preferible sacar al cocodrilo del lago y cambiarle de casa.

Así estalló una controversia que se resolvió después de que, ante los múltiples reproches, la compañía optó por mudar sus operaciones a otros sitios turísticos.

“Cuando vinimos aquí (a Nicaragua) fue no a dañar el país, sino a apoyar el país”, dijo el puertorriqueño Frank Figuero, directivo de Nica Splash. “La inversión que tenemos es grande y no llegamos a hacer eso (el daño) sino por el beneficio del país”, adujo, en declaraciones a medios nicaragüenses de prensa.

Tras admitir que se tuvo “en cuenta” la situación con el cocodrilo en el puerto, se decidió “remover las motos porque sí sabemos que el pueblo se enojó (por haber trasladado a ‘Juancho’ a un nuevo lugar o hábitat), aunque nosotros no lo sacamos”.

Nica Splash movió sus trabajos al lago de Xiloá, a unos 20 kilómetros al norte de la capital, y a la playa de San Juan del Sur, balneario en el litoral sur de Nicaragua sobre el Océano Pacífico, a  unos 140 kilómetros al sur de Managua y cerca de la frontera con Costa Rica.

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