CDMX.- En el año 2014, Joel García se sometió a dos pruebas médicas de detección en una clínica de Puebla tras un brote de psoriasis que invadió el 80% de su cuerpo. Tras recibir los resultados pensó que iba a morir: había sido diagnosticado con VIH-Sida.

En esos momentos, el hombre oriundo de Puebla, de 37 años de edad, tomó la decisión de mantener el tema en privado; sin embargo, gracias a una plática de integración, decidió exponerlo a sus padres, advirtiéndoles que no sabía con exactitud el momento en que se había contagiado, pero que el diagnóstico médico había sido claro. “Lo único que me quedaba era similar rápido la noticia”, sostuvo.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Joel pertenece al 0.06% de la población en México que vive con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), cifra que el organismo proporcionó en el marco en el Día de la Cero Discriminación, celebrado este 1 de marzo.

El hombre, quien lleva cuatro años diagnosticado, actualmente trabaja como gerente en una empresa farmaceútica y señaló que ha sabido aceptar la condición, que se ha informado lo suficiente. “Noté que hay vida después de un diagnóstico, que se puede seguir viviendo con el virus”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.

Los síntomas

El hombre señaló que desconoce quién fue la persona que le transmitió el VIH; sin embargo, dijo que no guarda ningún sentimiento negativo al respecto. “Pienso que fue mi expareja, con la cual tuve una relación de mucho tiempo.

“Y pues la decisión fue mía, de no usar preservativo”, explicó, añadiendo que él es seropositivo, categoría clínica que de acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA (Censida), tuvo un registro de 75 mil 481 personas hasta el mes de marzo de 2018, de las cuales tres de cada cuatro son hombres, o sea el 77%.

Joel comentó que el padecimiento se manifestó en él con un brote de psoriasis, el cual invadió casi la totalidad de su cuerpo. “Me empezó a salir en los brazos, en la parte de atrás de los codos… Ya estaba todo cubierto”, indicó, contando que no podía dormir de la comezón que le generaba la piel. “El estarme rascando provocaba que yo mismo me causara heridas. Llegaba a sangrar”.

El tratamiento

El gerente inició su tratamiento cuatro meses después de ser diagnosticado. Recordó que la primera vez que se administró los retrovirales sufrió de efectos secundarios. “Son medicamentos muy fuertes, prácticamente había días en los cuales yo no quería hacer nada”, dijo, explicando que su cuerpo se acostumbró a éstos al cabo de un mes.

A pregunta expresa, Joel García sostuvo que no ha sufrido discriminación por parte de sus seres queridos. “He vivido la aceptación totalmente por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo, entre otros que conocen mi diagnóstico”.

Sin embargo, la encuesta nacional sobre discriminación 2017 reveló que un tercio de la población, lo equivalente al 36%, cree que convivir con una persona con VIH o Sida “siempre es un riesgo”, incluso una proporción semejante indicó que no estaría dispuesta a rentar una habitación de su hogar con una persona que presente este diagnóstico.

Asimismo, el Censida indicó que desde el año 1983 al mes de marzo de 2018 se notificaron 196 mil 227 casos de Sida en México y que ocho de cada 10, o sea el 82%, involucran hombres.

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