Científicos mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ayudaron a encontrar la presencia de nitrógeno en el planeta Marte, compuesto esencial para la vida.

Se trata del equipo del doctor Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares y colaborador de la Agencia Espacial de los Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) en el proyecto Curiosity.

Participa en el equipo que diseñó y opera el instrumento Analizador de Muestras de Marte (SAM, siglas en inglés para Sample Analysis at Mars); este instrumento está integrado en el robot Curiosity el cual desde 2011 busca evidencias de que hay o puede haber vida en ese planeta.

En conferencia de prensa, explicó que con SAM los científicos mexicanos por primera vez detectaron y cuantificaron la presencia de nitrógeno en el planeta rojo. Mediante la exploración de la sonda Curiosity y las muestras que fue tomando SAM, los científicos se dieron cuenta de que había variaciones en la concentración de este gas, lo que podría terminar evidenciando que hace millones de años en realidad sí hubo vida en Marte.

“El nitrógeno está en concentraciones más abundantes en uno de los cráteres, pero hay variaciones y esas variaciones se deben a cambios en la composición de la atmósfera. Estos resultados son importantes porque el nitrógeno es esencial para la vida y los siguientes vehículos que vayan a ir a Marte quieren buscar evidencia de vida pasada y uno de los ingredientes es el nitrógeno”, explicó Rafael Navarro.

El objetivo de la misión Curiosity era llevar a un robot a Marte en las regiones del planeta donde se había identificado una presencia persistente de agua, saber si hubo vida, presencia de nutrientes y si se utilizaron.

Para lograrlo, el rover Curiosity de la NASA fue construido con 10 instrumentos de medición y 17 cámaras que enviaban información a la Tierra. Uno de estos instrumentos fue SAM, desarrollado en el laboratorio de Navarro y su equipo en la UNAM; su objetivo fue buscar evidencia molecular de vida en la atmósfera, para saber si se puede dar la vida o si existen los “ingredientes” para que esta se dé.

“SAM recolecta las muestras con un taladro, luego las introduce en un horno para calentar esta muestra, se ioniza y se le agrega una carga que nos permite medirla e identificar la masa, cuáles son las moléculas que la componen y la temperatura a la que se desprende de la roca”, dijo Jennifer Stern, Científica espacial especializada en el estudio de la química de la atmósfera y la superficie de Marte, y el desarrollo de instrumentos para mediciones geoquímicas en superficies planetarias.

El doctor Navarro explicó que gracias al trabajo en el que han participado científicos mexicanos, se ha podido descubrir, con evidencia paleontológica, que Marte tendría condiciones de vida microbiana parecidas a las de la Tierra y que apareció la vida prácticamente en el mismo periodo.

“La gran incógnita que tenemos es qué les pasó a esos seres vivos que pudieron haber surgido en Marte, si se adaptaron para vivir en el subsuelo. Marte tendría condiciones parecidas a la Tierra de vida microbiana y hay algunos sitios en la tierra donde podemos encontrar ese tipo de bacterias. En Marte, la ausencia de agua posterior a estas rocas nos puede dar información más allá del origen de la vida”, dijo.

Lo que sigue, explicó el investigador universitario, es descubrir cuántos días puede haber agua líquida a lo largo del año, y desarrollar la tecnología así como ponerla a prueba para saber si será posible capturar agua en ese planeta y que esta pueda ser utilizada para consumo humano, en lugar de tener que transportarla desde la Tierra lo cual sería muy costoso.

Estas investigaciones significan un paso má en la meta de la NASA para que en 2030 sea posible llevar al primer hombre o mujer a Marte.

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