En medio de seguridad, vallas, lujos y la clase política local morenista, César Yáñez Centeno, hombre de confianza del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se casó con Dulce María Silva Hernández, mujer cercana al tabasqueño.

La fastuosa boda religiosa que requirió de invitaciones especiales se realizó en la capilla del Rosario de la Iglesia de Santo Domingo, una obra ubicada en el Centro Histórico.

Por la noche en la fiesta privada, arribó López Obrador y el gobernador panista de Puebla, Antonio Gali. Ambos políticos dialogaron calmadamente ante la expectiva de los asistentes. En la recepción realizada en el Centro de Convenciones, estuvo el almirante José Luis Vergara Ibarra, uno de los mandos de la Marina, considerados como prospectos para ser el titular de esa dependencia, y del futuro secretario de seguridad, Alfonso Durazo.

Desde las 14:00 horas, curiosos se congregaron afuera del templo para conocer detrás de unas vallas a los novios que fueron custodiados por un cinturón de seguridad.

A partir de las 16:45 llegaron los primeros invitados, la mayoría de la clase política morenista, que dejaron atrás sus vestimentas normales.

El ex diputado federal de Morena y virtual coordinador del gobierno federal para Puebla, Rodrigo Abdalá Dartigues, además de la edil electa del municipio de Puebla, Claudia Rivera, iniciaron el desfile.

El ex gobernador de Puebla y virtual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el nuevo gobierno federal, Manuel Bartlett Díaz, también acudió a la “boda fifí”, calificada así en las redes sociales.

Los senadores de Morena, Ricardo Monreal y Alejandro Armenta, además del rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alfonso Esparza, fueron personalidades que presenciaron la unión de los novios.

Dieron las 17:36 y los reflectores de las cámaras apuntaron a Beatriz Gutiérrez Müller, que llegó sin su esposo Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que trascendió que era uno de los testigos de la boda religiosa y civil.

Al concluir la ceremonia, los novios subieron a un autobús turístico y recorrieron las calles y saludaron a las personas.

Para amenizar, Los Ángeles Azules fueron contratados para la fiesta, donde se esperó la llegada del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, para ser testigo de su principal colaborador.

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