Tras sufrir una enfermedad renal crónica que le fue detectada hace algunos años, Araceli se enfrentó a un cambio total en su vida. Los pronósticos eran poco favorables para su futuro.

La enfermedad te quita la felicidad, aseguró. Al principio tienes que aceptar que tienes una enfermedad, algo que no aceptamos, desde un principio maldecimos, nos molestamos, decimos ¿por qué a mí, después dije: “tal vez yo porque soy valiente, por eso me tengo que enfrentar a esto”.

Desde el inicio de su matrimonio, Araceli deseó tener un hijo varón, pero este sueño se vio opacado tras el diagnóstico de su enfermedad y ante la necesidad de un trasplante de riñón.

Un amigo de la familia decidió donar el riñón que Araceli necesitaba, de esta forma no sólo le dio una esperanza, le devolvió la vida y las ganas de salir adelante, con ello llegó también la noticia de que su bebé por fin venia en camino, explicó.

"Los doctores me decían que no era muy recomendable, pero todo fue de sorpresa y fue así, durante el embarazo no tuve ninguna complicación de nada", señaló Araceli a tres años de su cirugía.

Los trasplantes de riñón implican una atención, vigilancia médica de la institución así como el seguimiento de las indicaciones por parte de los donadores y trasplantadas, informó el coordinador del Programa de Trasplantes de Riñón, del Hospital General de Zona No. 50 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Francisco Javier Rodríguez Quilantán, comentó que ambos pacientes deben cumplir con una serie de requisitos y cuidados previos para garantizar el éxito de la operación.

"La persona que viva queda bien, aunque tenga sólo un riñón. Un riñón es suficiente para mantenerlo sano durante el resto de su vida y el que se beneficia es el paciente, es posible donar sin mayores riesgos que los quirúrgicos y los que ya están previstos, pero que son sujetos a un proceso de valoración muy estricta, entonces cuando se conoce que el paciente en donación vivirá está en buenas condiciones y se procede hacerse la nefrectomía del donador", puntualizó.

Por ello, hizo hincapié en la necesidad de que incremente la cultura de donación de órganos, lo cual - dijo - es considerado como un acto de amor.

"Es una especie como de autotrascendencia, si estamos hablando de donación cadavérica la persona fallecida puede seguir ayudando a otros a través de sus órganos sanos y obviamente por medio de la donación viva, pues es un acto de amor sublime y único para la vida", indicó.

Por años se ha creído que las personas que donan o reciben órganos no pueden continuar con su estilo de vida, Araceli es el ejemplo de que la calidad de vida la determina cada persona.

vkc

Google News

TEMAS RELACIONADOS