Las fiestas decembrinas pueden acarrear una buena ingesta de calorías y hacer que una persona sea susceptible de incrementar su peso promedio de dos a cuatro kilogramos, debido al consumo de harinas, embutidos y grasas saturadas, de acuerdo a información generada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Por ejemplo, un tamal de puerco equivale a 400 calorías, los de pollo pueden tener hasta 300, mientras que las bebidas representan, también, una alta ingesta de calorías y azucares. El ron, coñac y el vodka tienen alrededor de 400 calorías y el whisky un promedio de 250.

El IMSS señala que el mes de diciembre es el más propicio para la realización de fiestas  y reuniones, donde es común que se ofrezcan alimentos ricos en grasas saturadas que se encuentran en frituras y todo tipo de antojitos, lo que puede tener repercusiones sobre el organismo, ya que se presenta una alteración en el metabolismo por la acumulación de calorías que dificultan al cuerpo en su capacidad para trabajar.

Para el área médica, dijo, esta época en particular es de preocupación porque las principales causas de consulta médica son por desequilibrio metabólico, es decir, exceso de consumo de alimentos con alto contenido calórico superando lo que el cuerpo puede procesar.

Nutriólogos y especialistas en salud subrayan que no se trata de no comer en estas fiestas decembrinas, si no de medir lo que se ingiere, es decir, el buscar ser mesurados en las cantidades sin necesidad de caer en la prohibición, comer una ración de tamal o un buñuelo, pero no abusar, porque ese abuso va a marcar la diferencia.

De igual manera la recomendación es no dejar de hacer ejercicio y si el clima es un impedimento, tratar de hacerlo en espacios cerrados, pero bien ventilados y comer lo suficiente evitando alimentos ricos en grasas o azúcares refinados, así como la ingesta moderada de alcohol.

sergio.marin@clabsa.com.mx

vkc

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